Una de las terrazas más codiciadas de Madrid, situada en lo alto de uno de sus edificios más bonitos y emblemáticos, vuelve a abrir sus puertas al público este sábado 17 de febrero. Se trata de la enorme azotea de más de 400 metros cuadrados que hay en la sexta planta del Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de la capital, que llevaba cerrada desde mayo de 2023. Allí se acaba de instalar Azotea Cibeles, un nuevo espacio con vistas increíbles y con una oferta de ocio en torno a los cócteles de autor y a destilados selectos que, además, se pueden acompañar con pequeños platos de recetas de lo más castizas para compartir.
Este nuevo punto de encuentro para el aperitivo, el tardeo o la noche, cuya carta de cócteles está firmada por Luca Anastasio, aterriza de la mano de Azotea Grupo, que ya cuenta con otros rooftop de éxito en edificios singulares de la ciudad como la Azotea del Círculo de Bellas, Picalagartos Sky Bar & Restaurant o el Club Financiero Génova. Junto a la nueva terraza, la empresa de restauración, que se adjudicó hace casi un año la gestión de esta joya municipal, inaugura al mismo tiempo otros dos espacios: el restaurante Cornamusa, también en la sexta planta y con una enorme terraza, y Café Cibeles, en el segundo piso.
«Teníamos este emplazamiento en mente desde hace un montón de años, pero empezamos a considerarlo de manera seria hace dos. La última concesión fue para Grupo Adolfo en 2011, así que desde 2021 esperábamos que saliera de nuevo el concurso del Ayuntamiento, que finalmente no fue hasta 2023», cuenta José Manuel García, CEO de Azotea Grupo.
El grupo, que gestionará los locales durante los próximos 10 años, tomó posesión a mediados del pasado junio, cuando empezaron la remodelación y decoración de los tres espacios. El interiorismo ha estado a cargo del estudio de Alejandra Pombo, que se ha inspirado en la llegada del correo a la ciudad de Madrid, respetando siempre la esencia del espectacular edificio protegido como Bien de Interés Cultural.
Cada uno de los espacios tiene su propia identidad, aunque con un denominador común: la clara apuesta por la gastronomía, en mayor o menor medida, que está bajo la supervisión de Manuel Berganza, chef ejecutivo del grupo, y de Jesús Almagro, «fichado para liderar el día a día de este proyecto en las cocinas de Palacio Cibeles», según García.
Una «elaborada sencillez»
Es en Cornamusa donde la cocina cobra un protagonismo absoluto con platos de alto nivel en los que el producto es la estrella. Ambos chefs han desarrollado una carta que es un homenaje a lo mejor de la gastronomía madrileña, ligada a la historia y al recetario de la ciudad. «Manu y Jesús lo definen como una cocina elaborada de gran sencillez», aclara el directivo.
Entre los platos (unos 40), hay desde un solomillo de vaca de Guadarrama con emulsión de mostaza, setas y tuétano asado o arroz ahumado y queso de cabra con tendones de remolachas asadas hasta pencas de acelgas a la importancia rellenas de centollo en salsa de azafrán y un rape negro en salsa de mantequilla de Miraflores. «En casi todos queremos usar un elemento que sea producto de Madrid; trabajamos con productores de la zona, de la Sierra, también con los mercados de alrededor», dice García. La carta se actualiza cada 15 día con nuevas creaciones donde mandan ingredientes de temporada.
Además de con la comida local, Cornamusa quiere rendir tributo también al emblemático edificio que lo alberga, el antiguo Palacio de Correos y Telecomunicaciones, y al que fue su inquilino durante mucho tiempo. «La cornamusa no sólo es un instrumento de viento, también el logo de Correos, que tuvo su sede en el palacio», según García. Por eso, la experiencia en el restaurante está diseñada y vinculada a la historia de la empresa pública. Así, por ejemplo, el equipo lleva uniformes inspirados en los de los antiguos empleados de Correos, el menú se abre con un abrecartas y la cuenta llega mecanografiada por una máquina antigua, entre otros guiños.
La experiencia, con un precio medio de entre 60 y 70 euros, se puede disfrutar tanto en el comedor interior (con capacidad para 60 comensales), como en su espectacular terraza con vistas (para 65 comensales). Es imprescindible reservar. Por su parte, el aforo para Azotea Cibeles es de 180 personas, mientras que para Café Cibeles, donde se podrá tomar desde un desayuno hasta un aperitivo, menú del día o merienda, gracias a su concepto all day, hay espacio para 110 comensales.
Para acceder este rooftop se pueden reservar con antelación diferentes tipos de entradas. La más sencilla, llamada Momentazo, incluye la entrada a la azotea y una bebida soft (desde 10 euros). Otra experiencias son Momento Glam, con jamón ibérico y botella de Veuve Clicquot o vino (120 euros), Momento Glam Glam, con caviar y botella de Veuve Clicquot (150 euros) o Momento Pica Pica, con botella de vino más degustación de tapas (80 euros), entre otras.
Cornamusa, Azotea Cibeles y Café Cibeles (plaza de Cibeles, 1), 6º y 2º piso, respectivamente. Más información aquí