Escondido en un entorno privilegiado, a escasos 60 kilmetros de la capital, un oasis lleno de vida salvaje lleva ms de 50 aos entreteniendo a madrileos y turistas. Se trata del Safari de Madrid, obligado a sobreponerse a golpes, como la pandemia o la DANA, que casi le hacen besar la lona. Pero eso forma ya parte del pasado.
Es sbado 20 de abril, y aunque el sol calienta como si fuera julio, este recinto acoge una de sus mejores entradas de 2024. «As recuperamos lo de Semana Santa, que no par de llover…», cuenta una de las trabajadoras a este diario nada ms llegar.
A lo largo y ancho de sus ms de 75 hectreas conviven en semilibertad cerca de 2.000 animales de cada uno de los continentes. Son los ems, de Australia, los que dan la bienvenida a los visitantes al comienzo del recorrido. Junto con avestruces, ciervos o jirafas forman parte de la Seccin 1 -hay cinco en total-, la nica donde est permitido, a travs de la ventanilla, dar de comer a estos ejemplares.
Un coche disfrutando del trayecto del Safari.
«No la bajes ms de cuatro dedos«, recomiendan previamente. Aunque los picotazos de algunas de estas aves sobre los cristales, y el mpetu de algunos crvidos relamindolos, imponen a los forasteros una cautela extra.
Una de las que ms admiracin y asombro genera es la Seccin 3, dedicada nicamente a los leones. Normalmente, su pose no cambia mucho: tumbados en el suelo bajo algn rbol que les hace de escudo en los das de calor. «Es a primera y a ltima hora cuando ms activos estn y se les puede ver cerca de la carretera», explica Christian Cabrera, veterinario y conservador del parque, que apostilla: «Son los que ms llaman la atencin. Verlos desde tu coche, con la mera separacin de una ventanilla… Eso no deja indiferente a nadie. U observar a los hipoptamos cuando una manada entera cruza frente a tu vehculo y hace que parezca pequeo. Son imgenes que recuerdas toda tu vida«.
La ruta es circular y ocupa -yendo tranquilamente- hora y media. A veces, cuenta Cabrera, han presenciado la colisin de varios automviles dentro del recorrido, por ir pendientes de los animales, aunque lo ms comn es tener que auxiliar a aquellos que se quedan sin batera. «Casi todos los sbados o domingos tenemos que sacar a alguno. La gente piensa que te van a araar el vehculo y vienen con coches muy viejos», apunta.
Leones en el Safari de Madrid.
Pero las medidas de seguridad establecidas impiden que haya contratiempos. «Si algo sucede dentro del rea de los leones, encerramos a stos, tal y como marca el protocolo, para remolcar el vehculo hasta el siguiente sector y ah, de forma ms segura, poder ser atendidos por la gra«.
En total, en este safari trabajan cerca de 30 profesionales a los que une un amor incondicional por los animales. Su financiacin depende, nica y exclusivamente, de la venta de entradas y de lo que los visitantes decidan gastarse en comida (acaban de abrir un nuevo restaurante con men completo por 15,95 euros) o en el resto de actividades dentro del recinto.
Pese a ello, echan de menos un capote por parte de las administraciones, ms cuando «este parque es un punto turstico de la Comunidad, porque muchos viajeros vienen a Madrid slo para conocerlo. Adems, genera un sentimiento de orgullo entre los madrileos gracias a los estndares de bienestar que tenemos. Debera estar algo ms correspondido».
Segn estimaciones, al mes pueden llegar a gastarse «cerca de 50.000 euros» en alimentar a sus animales, sin contar el salario de los empleados o la calefaccin. Los que ms comen son los elefantes, «y eso que slo son dos», que se meriendan 600 euros de forrajes a la semana. «Y justo ahora nos entran dos paquidermos nuevos…», avanza sonriente Cabrera.
Sobrevivir a la dana
An en su memoria perdura uno de los peores episodios vividos en este enclave al estar ubicado en la zona cero de la DANA que asol en septiembre la regin. Este veterinario y sus compaeros, jugndose la vida, tuvieron que hacer un esfuerzo titnico para rescatar a todos sus animales cuando el agua se desbord y les llegaba «por el pecho», en plena oscuridad.
Un «terrible estrs» recompensado con la supervivencia de todos los ejemplares de este espacio. En la actualidad, apenas quedan cicatrices de aquella fatdica borrasca que se llev dos vidas no muy lejos de all, en el municipio de Aldea del Fresno.
Pero este suceso empa su 50 aniversario ya que abrieron sus puertas en 1973. Desde entonces, el parque ha crecido y madurado, siendo actualmente un centro de investigacin y conservacin de especies. Una pequea arca de Noe que ejerce de salvaguardia para ejemplares en peligro de extincin como el elefante asitico, el rinoceronte blanco o nuestro lince ibrico.
Cabrera abrazando a un rinoceronte.
Tambin se han erigido refugio de gran cantidad de animales vctimas del trfico ilegal (las ltimas, 39 tortugas, de las que algunas de ellas -como las mauremys annamensis- estn extintas en la naturaleza). El propio Cabrera ha acompaado en diversas ocasiones al Seprona hasta casas particulares donde se encontraron tigres, pumas o jaguares. «Los centros estn desbordados, el Seprona est muy activo y Barajas sigue siendo un punto muy caliente… A todos los animales que les podamos dar una segunda oportunidad, mejor«, relata.
Adems del recorrido en coche por el safari, en este parque se puede presenciar un sorprendente espectculo de aves rapaces, con dos pases los fines de semana tanto a la 13.00 como a las 17.30. Y el bautizado como Rincn Salvaje, un espacio que alberga algunos de los felinos ms hermosos y fotognicos. En esta rea, la ms parecida a un zoo convencional, las familias pueden ir paseando y viendo a travs de rejas y cristaleras distintos ejemplares como el jaguar o la pantera negra (que realmente es un leopardo melnico).
Un lobo salta durante una exhibicin.
En esta zona tambin hay grandes jaulas que albergan magnficas aves como el buitre leonado, cuya pareja lleg a este parque de la mano del Seprona, tras haber sufrido un accidente en su hbitat natural. De hecho, ambos tienen una ala amputada y no pueden volar. Tambin destaca el guila ms grande del mundo, el Steller, con una envergadura de hasta 2,5 metros.
Como postre, para terminar esta experiencia, el parque levant un pequeo corral donde ms de una decena de cabras interactan con los ms pequeos de la casa y a las que tambin se les puede dar de comer. Frente a este redil, se ha desplegado una dinmica pista de karts, que junto a su piscina (abierta desde el 1 de julio hasta septiembre), su tobogn gigante (que podr ser usado de forma ilimitada por cinco euros) y un castillo hinchable completan su oferta de ocio.
