El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha lanzado este sábado un mensaje con el que ha dejado clara su intención de agotar la legislatura y ha hecho un repaso por sus logros de los últimos años ante los que ha invitado a imaginar «lo que vamos a hacer en los 1.200 días que nos quedan» de mandato.
En un acto electoral con más un millar de personas en Ourense para apoyar al candidato del PSdeG a la Presidencia de la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro, el presidente del Gobierno ha destacado que su objetivo es continuar «mejorando la vida de la gente» y, para ello, trabajará en los próximos años que «quedan de legislatura».
Más de mil días, ha dicho nuevamente, «que en el PSOE se nos van a hacer cortos» pero que, sin embargo, «a (Alberto Núñez) Feijóo y a (Santiago) Abascal se les van a hacer extremadamente largos».
«Mi convicción de normalizar la situación de Cataluña es total»
Además, Sánchez ha admitido que la situación catalana no se va a normalizar «de la noche a la mañana», pero ha reivindicado el valor «de la buena política» para solucionar problemas y se ha reafirmado en que su «convicción» de favorecer esa «normalización» en Cataluña es «total».
Tras ensalzar la figura del candidato socialista, José Ramón Gómez Besteiro, ha destacado su labor al frente de un Gobierno «limpio» en España, en el que «hoy no hay corrupción», y que ha tenido que afrontar la «crisis territorial más grave» en España, una situación que, ha lamentado, «heredó» el PSOE.
«No la provocamos nosotros, fue la impericia e irresponsabilidad de quien gobernaba en Madrid entonces», ha lamentado, en referencia a la etapa en la que el popular Mariano Rajoy dirigía el Ejecutivo estatal. Y frente a quienes puedan pensar que «el tiempo lo cura todo», ha avisado de que entre 2011 y 2017 las cosas «fueron a peor» en Cataluña.
Así, ha advertido de que «el tiempo no arregla las cosas, sino que es la política, la buena política, la del encuentro y no la de la confrontación territorial» la que permitirá, bajo su punto de vista, devolver la ‘normalidad’ a la situación catalana.