Sí, se estrecha el cerco, pero el rostro de Pedro Sánchez sigue siendo de piedra, como si las noticias sobre corrupción que afectan a su entorno no fueran con él. De momento es corrupción moral, prosiguen las investigaciones; pero cada día que pasa tiene peor pinta para el presidente y su familia a pesar del rostro pétreo de Pedro Sánchez.
No ha debido ser plato de buen gusto que precisamente cuando se encontraba en el Congreso arremetiendo sobre la supuesta campaña de bulos, insidias y fake news orquestada desde la ultraderecha con la necesaria colaboración de medios de comunicación que no saben nada de democracia ni del respeto al Estado de derecho, llegaba la noticia de que los servicios jurídicos de la Universidad Complutense pedían al juez del 41 de Madrid, el juez Peinado al que los sanchistas consideran juez maniobrero y prevaricador, que investigara una serie de asuntos de Begoña Gómez relacionados con el polémico máster que codirige o codirigía en dicha universidad. Ese equipo jurídico ve indicios de apropiación indebida, aunque no ha habido manera de profundizar en el caso porque la propia Gómez se niega a colaborar o aportar la documentación que se le ha requerido.
Da la impresión de que la mujer del presidente está hecha de la misma manera que el presidente: no tiene que rendir cuentas a nadie. Es la típica persona que, pillada en falta, a quien le pide explicaciones le responde eso de usted no sabe con quién está hablando.
Que se ande con tiento, porque Sánchez y Bolaños se han pasado años colocando peones en las más importantes instituciones del Estado, pero es un clamor que esa estrategia ha provocado el descrédito de la mayoría de esas instituciones por la forma en que ejercen el poder sus dirigentes, que parece que cumplen instrucciones de Moncloa aunque es posible que no sea cierto y actúan motu proprio pensando en lo que gustaría a Pedro Sánchez.
La situación del Fiscal General es de absoluto bochorno, pero también lo es la del presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde Pumpido, uno de los mejores profesionales que hay en España, como reconocen incluso sus adversarios, va a salir con su imagen profesional muy tocada. Poner en la calle a los condenados por los ERE es muy serio, y además desautoriza nuevamente al Supremo. El TC no es un órgano jurisdiccional como dice la ministra portavoz, que lo menos que podía hacer es leer algún informe antes de comparecer en ruedas de prensa en las que comete errores de bulto.
«El propio Conde Pumpido hace cuatro años se abstuvo cuando el caso de los ERE llegó al Supremo»
Sobre todo cuando se trata del asunto de corrupción mayor que ha habido en España; porque hay sanchistas que presumían desde hace meses de que el TC pondría en la calle a Chaves, Griñán y otros condenados. Por no mencionar que el propio Conde Pumpido hace cuatro años se abstuvo cuando el caso llegó al Supremo, donde estaba destinado, por su vinculación indirecta con la tramitación del caso. Como ha ocurrido con otros miembros del TC actual, entre ellos el exministro de Justicia Juan Carlos Campo, que también ha votado a favor de liberar a los condenados a pesar de que Campo había tenido relación con el Gobierno de Chaves.
Hace unas semanas se produjo una decepción generalizada cuando se conoció que todo lo relacionado con fondos europeos pasaría a la Fiscalía Europea. Es decir, el caso Begoña Gómez y parte del caso Koldo. Sin embargo, visto lo visto, mejor que pase a Europa.
Al fiscal europeo español, Ignacio de Lucas, elegido hace algo más de un año, le caen palos por todas partes. Igual le acusan de ser próximo al PSOE, que de ponerse el traje de conservador antisanchista acérrimo.
Hay un dato esperanzador en la Fiscalía Europea: una vez que se acepta un caso y se inician las investigaciones pertinentes, no se permite que esas investigaciones duerman el sueño de los justos, sino que en un plazo de cuatro a seis meses, la dirección de la Fiscalía debe conocer la marcha de las investigaciones y dar instrucciones para acelerarlas si considera que no se trabaja con suficiente afán.
«Al frente de la Fiscalía Europea se encuentra una fiscal rumana, Laura Kodruta, que es dura de roer»
Cuentan que al frente de esa Fiscalía Europea se encuentra una fiscal rumana, Laura Kodruta, que es dura de roer, no se amilana ante las dificultades y puede tener una reacción feroz si alguien intenta presionar de alguna manera el trabajo de su equipo. Por otra parte, la Fiscalía Europea tiene atribuciones internacionales, no necesita comisiones rogatorias que eternizan los procedimientos, sino que investiga directamente. Es decir, que se trabaja con cierta rapidez.
Son buenas noticias para los miles, quizá millones de españoles, preocupados, apenados, indignados, por las interferencias políticas en los asuntos judiciales, sobre todo cuando afectan a asuntos de Gobierno: familiares del presidente, socios parlamentarios o cargos del partido.
Sánchez trata de sobrevivir a su inestable situación legislando contra jueces y periodistas de forma descarada. Pero va de ala. Porque los que se toman su trabajo en serio no se rinden por mucho que se intente cercenar su libertad para ejercer su profesión conforme a Derecho, y tampoco se rinden los que se autoexigen el deber de informar con rigor. Pero cuesta enfrentarse a un hombre falto de principios. Porque utiliza recursos que jamás utilizaría nadie para ganar la pelea.