El Real Madrid se ha sabido reponer en los últimos veranos, en toda una demostración de aplomo y personalidad, a la marcha de jugadores muy importantes. Jugadores determinantes. Jugadores contingentes y jugadores necesarios. Dejando siempre esa sensación de que nadie, al final del día, es tan imprescindible como pudiéramos creer. Esta temporada tiene un nuevo reto por delante: tratar de no extrañar demasiado a Toni Kroos tras diez temporadas de equilibrio y orden. Sobre todo cuando su sustituto más natural, Camavinga, empieza ya la temporada lesionado de seriedad . Este miércoles Valverde luciendo a la espalda el 8 del alemán y con el pelo teñido de rubio parecía Norman Bates disfrazándose de su propia madre, como si quisiera que no nos olvidásemos tan pronto de su maestro Toni.Fue precisamente el incombustible uruguayo el que abrió la lata del partido, marcando a placer tras una jugada de puro funambulismo de Vinícius. Pero el que rompió el partido fue, una vez más, Jude Bellingham. Otra vez más parece empezar el curso como un cohete. Lo de Varsovia fue un recital, una exhibición. Ahora, por exigencias del guión, tiene que jugar un poco más retrasado. Pero su fútbol no entiende de posiciones. O, mejor dicho, las entiende todas demasiado bien. Puede hacer de delantero, de centrocampista destructor, de lateral izquierdo, de mediapunta filtrando pases de fantasía, de falso nueve y de jardinero si le dejan. Es un jugador impactante. Si no le dan a él el Balón de Oro sería como para replantearse la extinción de los premios individuales. Enfrente tampoco estaba precisamente un calippo de verano. La Atalanta es un equipo de autor , desconcertante y pegajoso. Tremendamente incómodo. No tiene jugadores, tiene mosquitos. La temporada pasada evisceró a Liverpool y Bayer Leverkusen en su camino hasta levantar la Europa League en Dublín sin despeinarse demasiado. Y durante un gran rato tuvo al Real Madrid contra las cuerdas, agobiado, hasta que le duró la pila. Y fue justo en ese momento cuando Bellingham se puso el chubasquero, el gorro y agarró el garfio. Hasta le dio tiempo a regalar un gol al chico nuevo de la clase, Mbappé .
Source link
Sé lo que hicisteis el último verano
9