Caer y levantarse. Esa ha sido la historia de Paula Badosa con la raqueta y este miércoles se puso de pie para meterse, por primera vez en su carrera, en la tercera ronda del US Open. También fue la historia del partido en el que lo consiguió, frente a la estadounidense Taylor Townsend, en el que alternó fases de dominio y de dudas (6-4 y 7-5).
De forma literal, se cayó al cemento azul de Nueva York tras una bola a los pies de Townsend que no pudo controlar. Ocurrió en el segundo set, en el que peor lo pasó, pero también en el que se superó a sí misma para no permitir que su rival forzara una tercera manga.
La imagen ilustraba la montaña rusa de una tenista con un potencial tremendo: la sombra negra de la depresión se apoderó de ella hace años, pero se recuperó para llegar a ser número dos del mundo en 2022; una lesión de espalda la inhabilitó durante casi todo el año pasado y la hundió en el ranking, pero ha sabido convivir con el dolor y este verano ha encontrado su tenis en la temporada de pista dura de Flushing Meadows.
Badosa ganó en Washington y llegó a la final de Cincinnati, la gran cita previa al último ‘grande’ del año. En su partido de segunda ronda este miércoles mostró que quiere más.
No es que llegar a tercera ronda del US Open sea un gran logro para una tenista de su nivel. Lo había logrado hasta ahora en nueve ocasiones y, en este temporada, en los tres ‘grandes’ disputados hasta el momento. Pero el torneo de Nueva York es una espinita especial para Badosa: nació aquí hace 26 años, de padres españoles, y la siente un poco como su ciudad.
«Sé que es solo llegar a tercera ronda, pero tenía muchas ganas de conseguirlo aquí», dijo nada más acabar el partido, en el que Badosa tuvo que levantarse varias veces. Empezó con malos augurios, con tres restos fallidos, alguno aterrizó en la tribuna alta de la Louis Armstrong, la segunda pista del torneo neoyorquino. La robusta Townsend tiene un cañón en la derecha y cuando le entra el primer saque es un peligro. Por fortuna para Badosa, no le entraron demasiados. Y su segundo saque era un amigo. Eso y sus muchos errores no forzados permitieron a la española romper el servicio en tres ocasiones en esa primera manga, que cayó de su lado. Asomaron algunas dudas, como varias dobles faltas de Badosa con su saque que le hubieran permitido cerrar el set antes.
En el segundo set, Badosa permitió que Townsend se creciera y que se colocara 5-3. El fantasma de la caída volvía a aparecer. Pero la española se recompuso, jugó con consistencia y dejó que los errores los hiciera la rival.
«Es dura, muy agresiva, sabía que iba a ser una batalla», reaccionó Badosa con la victoria en su mano. «Pero estuve bien en los momentos importantes y estoy feliz de que cayera de mi lado».
Otro motivo para su felicidad: confirmó desde la pista que jugará el dobles mixto con su pareja, Stefanos Tsitsipas. El griego ha sido una de las decepciones del torneo, tras caer con estrépito en primera ronda frente al australiano Thanasi Kokkinakis. «Es un campeón y siempre lo será», dijo sobre Tsitsipas.