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Tras la vuelta a la rutina, las segundas residencias se convierten en un lugar anhelado. Después del verano, esos espacios, ya sean en la montaña, el campo o cerca del mar, adquieren un nuevo significado. Lejos de ser solo destinos vacacionales, se transforman en lugares de escape para fines de semana o pequeñas escapadas que rompen con la monotonía diaria, refugios frente al día a día.
Sin embargo, para seguir disfrutando más allá del verano de las casi 2,9 millones de segundas residencias que hay en España, es fundamental que permanezcan seguras. Y es que estos inmuebles suelen estar desocupados durante largos períodos en otoño o invierno y, por ello, tienen casi el doble de posibilidades de sufrir una intrusión en comparación con las primeras residencias, según un informe del Observatorio Securitas Direct.
De hecho, según los datos del informe ‘La seguridad en los hogares y negocios’, más del 68% de los españoles muestra inquietud por la seguridad de sus segundas residencias. Además, revela que el 46,8% de los españoles cree que la seguridad de las segundas residencias está en mayor riesgo ahora que en años anteriores. Tal es así, que solo uno de cada cinco españoles no tiene medidas de seguridad en su segunda residencia.
Vulnerabilidad según la ubicación
En la propensión al riesgo, la ubicación de las segundas viviendas juega un papel crucial a la hora de sufrir una intrusión. Así, los inmuebles situados en plazas, avenidas y pasajes son más propensos a ser atacados, siendo las plazas las áreas con mayor incidencia de robos.
En contraste, las propiedades en parajes y fincas, es decir, en áreas más aisladas, registran la mitad de intrusiones que las ubicadas en plazas y avenidas. Y es que la menor actividad y la baja densidad de población en estos lugares disuaden a los ladrones, quienes prefieren actuar en zonas con mayor tráfico y menor vigilancia constante.
Métodos de robo en segundas residencias
Los robos en segundas residencias suelen ser llevados a cabo por ladrones que, aunque menos organizados que las bandas profesionales, son extremadamente hábiles y rápidos. Estos delincuentes emplean una variedad de técnicas para acceder a las viviendas, adaptándose a las condiciones y características de cada inmueble. Entre los métodos más comunes se encuentran:
- Bumping: Utilizado principalmente en pisos y apartamentos, consiste en emplear una llave especial modificada que, al hacer saltar los pistones de la cerradura simultáneamente, permite girarla y abrir la puerta.
- Impressioning: Otro método utilizado en pisos y apartamentos, consiste en replicar la forma de la llave introduciendo una lámina en la cerradura para luego copiar la llave original sin necesidad de forzar el bombín.
- Escalo: Más frecuente en chalets y viviendas unifamiliares, este método implica trepar por fachadas, vallas o muros para acceder a ventanas, balcones o techos. Los ladrones también pueden cortar las vallas o utilizar palancas para forzar puertas y ventanas.
- Ganzúa: Este método se utiliza en cerraduras vulnerables, donde los ladrones insertan una ganzúa para abrir la puerta cuando no se ha echado la llave.
- Resbalón: Consiste en deslizar una tarjeta de crédito, un plástico o una radiografía entre la puerta y el marco para abrir la cerradura si esta no ha sido asegurada con llave.
La protección de las segundas residencias
Evitar no solo robos o intrusiones, sino la sensación de inseguridad durante la época en la que estos inmuebles permanecen vacíos es posible mediante la instalación de medidas de seguridad. De hecho, a nivel general, ocho de cada diez personas en España afirman tener instaladas una o más medidas de seguridad en sus hogares, como puertas blindadas o rejas en ventanas.
En este sentido, destaca que el uso de alarmas conectadas a una Central Receptora de Alarmas (CRA) es la medida de seguridad que más ha crecido en los últimos años, debido a la tranquilidad que proporciona tener una vigilancia constante y una respuesta inmediata en caso de intrusión.
Asimismo, entre las soluciones más adoptadas se encuentran las cerraduras de seguridad adicionales, como cerraduras ‘antibumping’. Estas refuerzan la protección de la puerta principal. Una solución ideal que aúna las dos anteriores es la cerradura inteligente de Securitas Direct que, además de contar con un cilindro antirrobo de máxima seguridad, está conectada con el sistema de alarma. Por lo que, si alguien intenta forzar o manipular la puerta, la alarma envía una alerta a la CRA de la compañía desde donde avisan a la Policía en caso de que sea necesario.
Estas herramientas suponen sin duda una ayuda fundamental para poder seguir disfrutando con tranquilidad de las segundas residencias durante todo el año.
