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La eterna comparación entre perros y gatos como mascotas ha dado lugar a numerosos debates sobre cuál de los dos animales de compañía es más cariñoso. Aunque las preferencias personales juegan un papel importante, existen varias investigaciones científicas sobre la naturaleza afectiva de estos animales que pueden proporcionarnos una respuesta más clara.
Comportamiento social y evolución
Una de las diferencias clave entre perros y gatos radica en su historia evolutiva. Los perros (Canis lupus familiaris) descienden de los lobos, que vivían y cazaban en manadas, lo que les ha llevado a desarrollar comportamientos sociales complejos y una fuerte tendencia a formar vínculos. Según un estudio publicado en ‘Science’ en 2015, los perros tienen una predisposición genética para la sociabilidad, lo que se refleja en su capacidad para leer y responder a las emociones humanas de manera más efectiva que otros animales.
Por otro lado, los gatos (Felis catus) evolucionaron a partir de felinos solitarios que cazaban de manera independiente. Aunque los gatos domésticos pueden formar lazos estrechos con los humanos, su naturaleza independiente sigue siendo prominente. En ese sentido, un estudio publicado en la revista ‘Current Biology’ en 2019 descubrió que, aunque los gatos pueden reconocer y responder a las emociones humanas, su comportamiento social no es tan robusto ni está tanmotivado por la necesidad de aprobación social como en los perros.
Hormonas y vínculos afectivos
La oxitocina, a menudo llamada la ‘hormona del amor’, juega un papel crucial en la formación de vínculos afectivos en muchas especies, incluidos los humanos. Un estudio realizado por la Universidad de Azabu en Japón, publicado en ‘Science’ en 2015, reveló que tanto los perros como sus dueños experimentaron un aumento significativo en los niveles de oxitocina después de mirarse a los ojos durante varios minutos.
En contraste, aunque los gatos también muestran un aumento en los niveles de oxitocina cuando interactúan con sus dueños, estos incrementos son generalmente menores en comparación con los perros, lo que sugiere que, aunque los gatos pueden formar vínculos afectivos, la intensidad de estos vínculos tiende a ser menor.
Interacciones con los humanos
La forma en que perros y gatos interactúan con los humanos es también un indicador de su afectividad. Los perros, por su naturaleza social, tienden a buscar contacto físico y atención de sus dueños. Un estudio de la Universidad de Lincoln publicado en ‘Behavioral Processes’ en 2018, mostró que los perros exhiben comportamientos de apego hacia sus dueños similares a los que muestran los niños hacia sus padres.
Mientras que los gatos suelen ser más selectivos en sus interacciones y pueden mostrar afecto de maneras más sutiles, como frotarse contra sus dueños o ronronear. Según un estudio de la Universidad de Oregón publicado en ‘Behavioural Processes’ en 2017, los gatos muestran una clara preferencia por la interacción humana, pero en menor medida y con menor consistencia que los perros.
Conclusión
Sin embargo, cabe destacar que la pregunta de si los perros son más cariñosos que los gatos no tiene una respuesta definitiva, ya que depende en gran medida de cómo se define y mide elcariño. Las investigaciones sugieren que los perros, debido a su historia evolutiva, niveles hormonales y comportamientos de apego, tienden a mostrar más afecto de manera evidente y consistente. Sin embargo, esto no implica que los gatos no sean capaces de formar vínculos afectivos fuertes, simplemente lo hacen de manera diferente y a menudo más sutil.