Iñaki Urdangarin está volviendo a recuperar la ilusión. Su relación con Ainhoa Armentia se encuentra en uno de sus mejores momentos, sobre todo después de que él se quedara libre de todas sus condenas el pasado mes de abril. A partir de ese momento, Iñaki fue considerado un hombre libre y, por tanto, más cerca de uno de sus mayores deseos; el de ser anónimo. El que fuera duque de Palma pensaba que con esta nueva condición iba a poder rehacer su vida más fácilmente y, sobre todo, encontrar un puesto de trabajo fijo. Algo que anhela desde hace meses, que fue cuando dejó su último puesto. Aún así, los días y las semanas han ido pasando y el exmarido de la infanta Cristina no ha encontrado un lugar donde desarrollarse profesionalmente.
Sí que es cierto que, cuando salió de la cárcel, pensó muy bien en qué quería invertir su futuro. Es por eso que tras quedar en libertad se marchó hasta Vitoria, su ciudad natal, y comenzó a trabajar en bufete de abogados. Sí que es cierto que este nunca había sido el sueño de su vida pero le mantuvo distraído hasta que la prensa se enteró que había comenzado una relación con su compañera de trabajo, Ainhoa Armentia. Esto hizo que los periodistas hicieran guardia frente al despacho y le persiguiera durante horas y horas, volviendo a recordar uno de sus peores momentos mediáticos. Así, Iñaki decidió seguir adelante con uno de sus sueños; formarse en el mundo del balonmano, donde él ya había demostrado que era un gran profesional.
El gran deseo de Iñaki Urdangarin
Las pocas ocasiones que lo hemos visto en público ha sido viendo a su hijo Pablo, quien está siguiendo sus pasos. Así, el que fuera duque de Palma suele trasladarse hasta Barcelona para ver jugar al joven, algo que le llena de orgullo. Fue hace dos años cuando se conoció que Iñaki había comenzado un curso de entrenador del equipo juvenil de balonmano del Barça. Una formación que iba muy en sintonía a cómo quería orientar sus siguientes años. Aún así, esto finalmente no ha sido así y el exduque de Palma volvió a hacer sus maletas y se marchó, de nuevo, a Vitoria. Allí le estaba esperando Ainhoa Armentia. A finales del pasado año, el periodista Juan Carlos Galiacho afirmó que Urdangarin había conseguido un trabajo como asesor en una empresa del Ibex 35.
Un extremo que no se confirmó. Por ahora, parece ser que Iñaki no ha vuelto a encontrar empleo y como confesó su abogado es algo que le preocupa realmente. Sobre todo porque su deseo es el de ser una persona totalmente normal y con ciertas responsabilidades en su día a día. Aún así, sigue sin encontrar su espacio, laboralmente hablando. Ahora, como confirman desde Vanitatis, el Barça le envió, a mediados del mes de noviembre, una invitación para que acudiera a la fiesta del 125 aniversario del club. Un momento que sería positivo, no solamente para reencontrarse con sus compañeros, sino, también, para hacer nuevos contactos. A pesar de todo, Iñaki decidió declinar ir al evento.
La invitación que ha declinado
La justificación fundamental fue que está muy enfocado en su vida y que no quiero exponerse públicamente, a no ser que sea necesario. Es por eso que, en los últimos tiempos, le hemos visto en ocasiones contadas y siempre y cuando tenga relación con la carrera deportiva de su hijo. Así, la última vez que le vimos en público fue el pasado fin de semana en un partido de Pablo en el que apareció junto a Ainhoa Armentia, una excepción que hizo a pesar de que estaba seguro de que las cámaras iban a inmortalizar el momento. Como así sucedió. Algo a lo que no se quiso arriesgar en la fiesta del FC Barcelona y, por eso, decidió no aparecer en ninguna imagen que se pudiera distribuir a la prensa.
De esta manera, Iñaki prefiere seguir resguardado en Vitoria, donde siempre ha tenido su sitio. Cuando se mudó allí después de salir de prisión se instaló con su madre y, más tarde, lo hizo con Ainhoa, con quien comparte piso en uno de los barrios más céntricos de la ciudad. Sí que es cierto que la pareja no suele dejarse ver en público con los hijos de la infanta Cristina pero es algo que sucederá, «solo es cuestión de tiempo». Es por eso que su aparición en el partido de Pablo ha sido simplemente un paso adelante en esa exposición pública que aceptaron cuando comenzó su relación.