Sumar avanza en la construcción del nuevo espacio político, pero el proceso se dará en dos fases. La plataforma que lidera Yolanda Díaz celebrará una primera reunión el 23 de marzo que pondrá los cimientos de la futura organización y culminará el próximo otoño con su asamblea constituyente. En pleno debate sobre el papel que jugarán los distintos partidos en el proyecto, los documentos político y organizativo, publicados este jueves y que serán sometidos a votación en la cita del próximo mes, establecen que solo un 30% de su dirección estará ocupada por representantes de fuerzas políticas. Aunque la formación huye de la definición de partido tradicional y afirma que busca articular a ciudadanos y organizaciones, en la práctica se dotará de una estructura clásica, con un grupo de coordinación —máximo órgano de dirección entre asambleas— que elegirá la ejecutiva y al coordinador general.
La ponencia organizativa, que han elaborado el diputado vasco Lander Martínez y la economista Paula Moreno, señala que el grupo de coordinación será paritario y habrá en él hasta 110 miembros, 76 de Sumar y solo 33 pertenecientes a partidos. Este órgano será elegido por la Asamblea, en la que participan todos los miembros de Sumar (aquellos inscritos mayores de edad y que pagan una cuota de forma periódica). El documento contempla la creación de grupos territoriales temporales, hasta la celebración de sus propios procesos, con un reparto de cuotas idéntico. Este miércoles, ante la dirección provisional de Sumar, Díaz insistió en que la nueva herramienta se tiene que estructurar “sobre un movimiento ciudadano, pero a la vez reconocer a los partidos que comparten un horizonte de país”.
El texto incluye también un protocolo sobre la relación con las formaciones políticas y establece que se reconoce y materializa “la aceptación de la participación de los militantes en Sumar en plena igualdad de condiciones”, una alusión indirecta a que se permite la doble militancia. El documento menciona a Izquierda Unida, Catalunya en Comú, Más Madrid, Verdes Equo, Contigo Navarra e Iniciativa del Pueblo Andaluz como partidos involucrados en la construcción de Sumar y distingue entre dos vías de colaboración con otras fuerzas. La primera es esa implicación con la conformación del nuevo espacio y la segunda lo que define como “acción política conjunta”, es decir, la cooperación entre Sumar y el resto de partidos que no hayan optado por participar en la construcción organizativa del proyecto pero que, sin embargo, forman parte de la coalición electoral que se presentó el pasado 23-J, como Compromís.
Aunque en los principios organizativos la ponencia refleja que la “gestión democrática y compartida” del proyecto “debe basarse en las primarias para la elección de la representación electoral”, entre las funciones reconocidas a la asamblea únicamente se menciona la “ratificación” de las listas y de los acuerdos pre y poselectorales para la formación de Gobierno a nivel estatal.
El documento recoge asimismo el mantenimiento de los 35 grupos sectoriales creados en 2022 para elaborar el proyecto de país. Estos deberán hacer una “revisión y actualización” del documento, así como el “análisis” del contexto actual de cada materia.
Sumar como un proyecto “transversal”
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La ponencia política redactada por el portavoz parlamentario del grupo, Íñigo Errejón, y la candidata a la presidencia de la Xunta, Marta Lois, reivindica a Sumar como el partido de la democracia, los derechos humanos y la libertad, un concepto, este último, que llama a “disputar”. Un proyecto “ambicioso y transversal”, recuperando la idea del primer Podemos, y que evita definirse como una fuerza política de izquierdas. El texto establece tres tareas para la formación. La primera, ser la “fuerza intelectual y cultural que, ante las tentaciones de repliegue o las amenazas reaccionarias, proponga un horizonte de vida mejor”; es decir, llama a dar la batalla ideológica frente al auge de la extrema derecha. En este contexto, el documento se distancia del socio de Gobierno y pone negro sobre blanco que el PSOE “se equivoca” cuando cree que esta puede ser una legislatura de “consolidación”. “En tiempos de crisis de época, no avanzar es retroceder, y la única manera de conservar derechos es expandirlos”, añade en un momento en el que se han visto ya los primeros desencuentros en el seno de la coalición.
Como segunda misión, señala, Sumar ha de convertirse en la formación que desde el Gobierno y las calles empuje las “transformaciones” y un “cambio en la correlación de fuerzas democratizando el Estado y la economía”. En tercer lugar, hacer de la nueva herramienta un proyecto estable, que sepa “organizar el caudal de apoyo” para no depender solo de los “momentos de entusiasmo”.
“Sumar es el movimiento de la democracia, de los derechos humanos y de las reformas radicales; es decir, de la libertad. Quiere ser el proyecto que recoja las mejores tradiciones emancipatorias y de luchas de nuestra historia para hacerlas realidad; las de los socialistas, los comunistas, los anarquistas, los cristianos y los liberales”, se referencia.
El texto propone, además, la “democratización” en torno a seis ejes que, afirma, “deberán traducirse en victorias concretas durante esta legislatura”: el Estado; la economía; las relaciones entre pueblos, naciones y territorios; las relaciones humanas; la vida buena y el derecho al futuro, y Europa y las relaciones internacionales.
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