Ted, el oso de peluche malhablado creado por Seth McFarlane, facturó casi 700 millones de dólares con sus dos películas. Estrenadas en 2012 y 2015 y con Mark Wahlberg como protagonista humano, Ted y Ted 2 fueron dos fenómenos de taquilla. Diez años más tarde, el muñeco vuelve en forma de serie de televisión. Y no, no es mejor. De hecho es todavía peor.
Ted y su secuela fueron machacadas por la crítica, pero eso qué más da cuando el público acude en masa a los cines a reírse con las groserías de un juguete. Y no sólo en Estados Unidos, donde podemos entender el tirón de McFarlane y Wahlberg, sino en el mundo entero. Más de la mitad de la recaudación de las dos películas se hizo en cines fuera de Estados Unidos. Al contrario que otros fenómenos humorísticos de nivel tan bajo, el oso gañán funcionó internacionalmente. Vivir para ver, ver para creer.
Se entiende así que muchos medios económicos norteamericanos consideren que Ted, la serie, es uno de los grandes activos con los que cuenta Peacock, la plataforma de streaming que la emite en EEUU. En España la casa del oso guarro es SkyShowtime, que aglutina contenidos de Paramount o Universal, entre otras marcas conocidas del entretenimiento.
Los movimientos empresariales de estas compañías son un tema de conversación mucho más interesante que Ted. Es como si dentro de este texto que está usted leyendo ahora mismo hubiera otro, mucho más interesante, deseando salir, desarrollarse y brillar. Pero aquí hemos venido a hablar del oso de peluche digital que vive con los Bennett, una familia de un pueblo de Massachusetts en 1993. Su mejor amigo es el adolescente de esa familia, y con él vive increíbles aventuras entre porros, pedos y chistes de tetas y culos.
La típica serie que en 2024 no debería existir. Claro que quién pidió en 2012 y 2015 las dos películas que la preceden. Y ambas fueron muy exitosas. Así que por qué no recuperar su elegante esencia y volver a hacer caja.
Que en las juntas generales de accionistas de algunas de las empresas más importantes del showbusiness pueda estar hablándose de Ted me da risa y pena. A esto hemos llegado. Al lado de Ted, Alf es Yo, Claudio. Que conste que yo también le tengo mucho cariño al extraterrestre comegatos de Melmac, pero su serie era abyecta, las cosas como son.
A Ted lo que le tengo es una tremenda manía que creo que ha quedado bastante clara en estas líneas. Desde aquí contribuyo a su escarnio crítico. Es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo. Quizá eso mismo les dijo Seth MacFarlane a los ejecutivos de Peacock cuando éstos le pidieron una serie infalible.
En EEUU Ted es lo más visto de la plataforma. Me alegro por ellos porque soy buena persona y quiero que la gente conserve su trabajo. Un éxito televisivo siempre es mejor que un fracaso. Aunque lo protagonice un muñeco insoportable, soez, anticuado y repetitivo. Si eso es lo que el mundo quiere, yo me piro a Melmac.