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¿Cuánta culpa tendría el aeróbic de esa buena piel -que se intuye bajo la profusión de maquillaje, eran los 80- y de esos esponjosos rizos de los que presume Jane Fonda en la imagen que ilustra estas líneas? A tenor de lo que opinan los expertos, a través de la actividad física, como la que predicaba la actriz con su ejemplo en los vídeos The Jane Fonda’s Workout, «estimulamos la circulación sanguínea, mejoramos el aporte de oxígeno y nutrientes y retrasamos la aparición de los signos de envejecimiento prematuro», señala la dermatóloga Mar Luque, del Grupo Pedro Jaén.
La doctora recuerda que el ejercicio ayuda «a reducir el estrés, lo que repercute en una piel más sana y en un mejor control de patologías (psoriasis, acné, dermatitis…)». La melena leonina de Fonda podría deberse también al ejercicio, que «reduce los niveles de cortisol y puede rebajar el impacto negativo del estrés en el cabello (que se manifiesta como alopecia areata o efluvio telógeno)», añade el doctor Manuel Ballesteros, dermatólogo en el Instituto Médico Ricart (IMR). Poco lucirán estos beneficios, sin embargo, advierte Luque, si no se siguen las rutinas cosméticas que detallan los expertos consultados, antes, durante y después de romper a sudar.
¿Preparadas? Pelo y piel ‘ready’ para el ejercicio
El equivalente cutáneo a calzarse unos calentadores a lo Fonda es limpiar el rostro y «empezar el entrenamiento con la piel libre de maquillaje [mal, Jane, mal], lo que permite que los poros respiren y evita una obstrucción que ensucia la piel y podría provocar un brote de acné», señala la esteticista Cristina Galmiche. En el ejercicio en exteriores, la fotoprotección es innegociable, «de amplio espectro, con factor de protección 50+ y muy resistente al sudor», recomienda la doctora Mayte Truchuelo, dermatóloga del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica de la AEDV (GEDET).
De la que se atan las zapatillas deportivas no está de más hacer lo propio con el pelo; mejor, según el doctor Ballesteros, con recogidos suaves, nada de coletas altas y tirantes o moños apretadísimos, «que pueden causar la rotura del cabello o, en casos más graves, ser la causa de una alopecia traccional». Al igual que ocurre con la piel, si la actividad es en exterior, hay que proteger la melena de los rayos UV y, si hay piscina de por medio, además del gorro, es obligatorio «el uso de aceites o cremas, que crean una barrera protectora y minimizan los daños del cloro», subraya el dermatólogo.
¿Listas? Cuidados de piel y pelo durante en entrenamiento
El durante de la actividad deportiva es donde se puede practicar el relax cosmético… únicamente si se quiere. Porque siempre se puede «refrescar y enriquecer la piel con sprays de agua termal, que además de aportar una dosis extra de hidratación y frescura ayudan a mantener la piel hidratada», aconseja Myriam Yébenes, CEO del grupo Maribel Yébenes.
Y dos apuntes más de la experta: «Al secarnos el sudor, lo haremos palpando suavemente, sin arrastrar ni agredir la piel y, cuando se utiliza protección solar, habrá que repetir la aplicación si el entrenamiento sobrepasa los 30 minutos».
Utilizar perfumes antes o durante el entrenamiento no es recomendable; aun siendo naturales, las sustancias químicas contenidas en los aromas tienen una marcada acción fotosensibilizante e irritante.
¡Ya! Qué hacemos con pelo y piel después del gym
Con las rutinas deportivas concluidas, las cosméticas toman el relevo. La rehidratación corporal con una crema humectante que restaure la barrera cutánea es imperativa tras la ducha, más aún cuando se practiquen deportes en el agua -porque, paradójicamente, aumenta la deshidratación-, como subraya la doctora Mayte Truchuelo.
En los cuidados faciales, la limpieza vuelve a ser el primer paso, preferiblemente con productos suaves, según Truchuelo. El favorito de Cristina Galmiche es la leche limpiadora, «efectiva a la hora de eliminar impurezas, que se retira con pañuelos faciales y sin friccionar». A cara lavada, se prosigue con la rutina habitual, sin olvidar un tónico o loción, que refresca y equilibra el cutis, recomienda la esteticista.
El después del pelo supone más quebraderos de cabeza, porque deriva en la duda beauty por excelencia: ¿es malo lavarse el pelo todos los días? Manuel Ballesteros recuerda que cada melena se debe limpiar cuando lo necesite; es decir, quienes practiquen deporte y tengan un cabello muy seco podrían no precisar un lavado diario, mientras que quienes tengan el pelo graso, suden mucho o naden, tendrán que hacerlo. Sugiere el dermatólogo, en cualquier caso, después de cada sesión de entrenamiento, «enjuagar el pelo para eliminar el sudor, las sales o los químicos (el cloro de las piscinas), que lo resecan».
En el caso de lavar a diario, una pasada de champú será suficiente, la segunda es necesaria sólo «ante una sudoración excesiva, en deportes donde haya que aplicar productos de peinado o si tenemos un cabello muy graso», prosigue Ballesteros. El champú elegido será suave, ya que «con productos agresivos se pueden resecar tanto el cuero cabelludo como el cabello, produciendo una sensibilización (tricodinia)». Las melenas más grasas, además, deberían emplear champús ricos en detergente o exfoliantes un par de veces en semana.
Otras opciones válidas según el doctor son «alternar el lavado tradicional con el co-wash (que se realiza con acondicionador, por lo que mantiene la hidratación natural del cabello y evita la eliminación de los aceites naturales) para no sobrecargar de limpiezas profundas, o usar champú seco, una buena alternativa puntual para absorber la grasa y darle frescura al peinado». Una frescura digna de los bucles salvajes de Jane Fonda…