Actuaban tan rápido, que antes de que sus víctimas fuesen conscientes de que les habían robado la tarjeta o la libreta bancaria, ya habían retirado dinero de algún cajero. Así lo certifican los Mossos d’Esquadra, tras desarticular una banda que robaba a ancianos con el denominado método de ‘la siembra‘. Primero escogían a sus objetivos, personas de edad avanzada, que acudían a alguna entidad a retirar efectivo. Mientras éstas estaban distraídas, tiraban un billete al suelo y les preguntaban si era de su propiedad. Era entonces cuando otro integrante del entramado aprovechaba para quedarse con la tarjeta o libreta.
Tal era su impunidad, sostiene la Policía catalana, que los cacos realizaban las extracciones en cajeros próximos a donde habían engañado a la víctima. Para perpetrar el timo, cada integrante del grupo tenía su papel. Uno era el encargado de espiar al anciano para obtener el código pin, mientras operaba. Otro era quien lo distraía, tirando un billete al suelo. Para que entonces el primero, finalmente, se llevase la tarjeta o libreta. Poco después, la utilizaba para obtener efectivo. En una sola ocasión, se hicieron con más de 4.000 euros. También realizaron compras que superaron los 3.500, con la misma tarjeta robada.
Solo en tres meses, según han certificado los investigadores, se embolsaron unos 21.000 euros en una docena de actuaciones con el timo de ‘la siembra’. Los Mossos no descartan que hayan podido ser más, por lo que las pesquisas, bajo la tutela de la Fiscalía de Protección de Víctimas Vulnerables, de reciente creación, todavía no se dan por concluidas. Fue el pasado enero, cuando la Policía detectó un aumento de este tipo de robos, cuyos afectados describían el mismo ‘modus operandi’ por parte de quienes los perpetraban.
El pasado 25 de abril, los agentes detuvieron a cuatro de los cinco investigados. Dos hombres y dos mujeres, de entre 19 y 63 años, por hurto, estafas bancarias y pertenencia a organización criminal. Todos ellos empleaban identidades falsas. Habrían actuado al menos en Argentona, Badalona, Hospitalet, Barcelona, Mataró, Gerona y Reus. Con lo que no contaban era con que la Policía llegaría hasta ellos tras verificar las cámaras de seguridad de las entidades bancarias, lo que ha permitido atribuirles la comisión de una docena de delitos.
Durante el registro de sus domicilios, los agentes localizaron a cuatro de los cinco sospechosos y se incautaron de unos 4.000 euros en efectivo. También de ropa y complementos como los que emplearon para timar a sus víctimas, y que registraron las imágenes de videovigilancia.