Un joven fue ingresado este pasado miércoles en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Donostia tras beber detergente en un chiringuito de Mutriku (Gipuzkoa) en el que había pedido que le sirvieran un mosto. El Departamento vasco de Seguridad ha confirmado a EFE que la Ertzaintza ha incoado unas diligencias sobre este caso por la posible comisión de un presunto delito de lesiones por imprudencia grave.
El joven de 18 años de edad comenzó a sentirse mal después de tomar una consumición en un establecimiento costero de Mutriku, según han relatado los padres a El Diario Vasco. “Nuestro hijo pidió un mosto y nada más ingerir lo que le habían sacado empezó a sentir que le quemaba por dentro”, explica el padre del afectado.
Según su relato de los hechos, el chico se acercó a la barra del bar de la playa a comentar que se estaba sintiendo mal tras beber la consumición. En ese momento, el responsable del chiringuito se percató de que en vez de mosto le habían servido un detergente que utilizan para el lavavajillas. Tras comprobar la gravedad en la que se encontraba el cliente, el responsable del negocio, ubicado en la playa de Ondarbeltz, decidió trasladar al joven en su vehículo particular al Hospital comarcal de Mendaro, donde fue atendido “por quemaduras internas graves”.
“El miércoles por la tarde los médicos nos dijeron que no las tenían todas consigo y nos temimos lo peor, pero afortunadamente nuestro hijo no ha empeorado y pensamos que el paso de las horas juega a nuestro favor”, ha relatado el padre del joven. La Policía vasca ha redactado de oficio un atestado de lo ocurrido y tomado declaración a los dueños del bar playero, sin que hasta este momento se haya presentado una denuncia formal por estos hechos.
Los padres del joven guipuzcoano han asegurado, en declaraciones recogidas por El Diario Vasco, que su hijo permanece “estable” en la UCI y “con pronóstico reservado”. El responsable del chiringuito, en declaraciones al citado medio informativo, trata de encontrar una explicación a lo sucedido: “Habíamos echado el detergente en una botella de mosto vacía y la dejamos en una esquina de la barra con la intención de trasladarla a otro lugar. En un descuido, un compañero cogió esa botella y acabó sirviendo el detergente al chico”.
