El Reinado de Carlos V, los imperios napoleónicos y británicos, los regímenes fascistas y nazis, la hegemonía norteamericana e incluso la comunidad virtual de Facebook… Todos ellos son herederos del Imperio Romano. Ésa es la tesis del nuevo libro del prestigioso periodista italiano Aldo Cazzullo, presentado esta mañana en la Feria del Libro por el director de EL MUNDO, Joaquín Manso.
En Roma, el Imperio infinito, el vicedirector del Corriere della Sera realiza un recorrido por el legado actual del poder romano, ya que Cazzullo sostiene que «Occidente es una construcción que se rige sobre los cimientos de la antigua Roma».
«Todos los emperadores de la historia se han sentido como el nuevo César y todos los revolucionarios se han sentido como el nuevo Espartaco», declaró el periodista italiano en el pabellón Europa del parque del Retiro, ante las preguntas de Joaquín Manso en el evento, al que acudió el embajador italiano en España, Giuseppe Buccino.
El director de EL MUNDO definió el libro como una mezcla de ensayo reflexivo, relato absorbente y novela histórica, un texto que combina el rigor intelectual con un estilo accesible para todo tipo de lectores.
Según explicó Cazzullo, para los romanos lo importante no era dominar los territorios sino conquistar las almas y ejercer una influencia cultural y económica en la población, una estrategia que luego supieron replicar muy bien los americanos. Otro de los logros de Roma fue convertir a sus enemigos en aliados, una maniobra que también copió Estados Unidos con Italia, Alemania y Japón, después de la Segunda Guerra Mundial.
Cualquiera podía ser romano
El lenguaje de la política y del poder también procede de Roma. Emperador y pueblo, dictador y ciudadano, ley y orden… Todas son palabras latinas, igual que República que proviene de la expresión res publica, puesto que en Roma nació la idea de que el Estado es de todos.
El vicedirector del Corrielle della Sera destacó que el Imperio Romano buscaba un mundo multicultural y multiétnico y, por este motivo, trabajaba en la integración de los inmigrantes para que se transformasen en nuevos ciudadanos.
«Uno podía convertirse en romano fuera cual fuera su origen, su color de piel o su dios. Y uno podía convertirse en romano sin dejar de ser hispano, galo, sirio, griego, egipcio…», sostiene el libro publicado por la editorial HarperCollins.
Cazzullo también recordó la enorme huella que dejó el Imperio Romano en España. De hecho, muchas ciudades españolas tienen nombres de origen romano como Barcelona, Toledo, Salamanca o Valencia. Además, la geografía española está poblada por obras arquitectónicas que levantaron los romanos, como el Acueducto de Segovia, el Anfiteatro de Tarragona o las murallas de Vigo.
La obra hace un recorrido por las figuras claves del Imperio romano: desde Eneas, el fundador de Roma, hasta Espartaco pasando por Augusto, Constantino y Julio César, quien, en opinión de Cazzullo, «era un genio y el hombre más grande que nunca ha existido, ya que era comandante, político, escritor y periodista a la vez».
Y, de los emperadores antiguos, el periodista italiano da el salto a los actuales, ya que Mark Zuckerberg y Elon Musk también aspiran a dominar las almas a través de sus plataforma digitales. De hecho, el dueño de Facebook es un gran admirador de Augusto y ha creado una comunidad de muchas personas que no se conocen entre sí y que tienen un emperador, una prueba más de que el legado de Roma sigue más vigente que nunca.