El fútbol inglés tiene nuevo dueño. Después de cuatro años consecutivos de dominio del Manchester City, el Liverpool se proclamó brillante e incontestable campeón de la Premier League. El alirón de los ‘reds’, a falta de cuatro jornadas, fue el deseado por cualquier equipo: sobre … el césped y en frente de su afición, para éxtasis de un Anfield engalanado y eufórico. Un punto era suficiente para celebrar el vigésimo título, con el que quedan empatados con el Manchester United en lo más alto del palmarés británico, pero sumaron un nuevo triunfo tras remontar y golear al Tottenham (5-1) para redondear un festejo histórico, el primero desde 1990 ya que el covid frustró la celebración del título cosechado en 2020.
La marcha de Klopp tras nueve temporadas dejó huérfanos a un equipo y una parroquia absolutamente identificados con el carismático y exitoso entrenador alemán. El día después fue asumido por un casi desconocido Arne Slot, que apenas acumulaba cuatro años de experiencia en la Eredivisie, un fichaje acogido con suspicacia. Sin embargo, el neerlandés tardó unos meses en empezar a llenar el vacío post-Klopp y una sola campaña en entrar de lleno en la historia del club al conquistar su segunda liga en la era Premier, inaugurada en 1992.
Líder desde la décima jornada, el Liverpool le restó cualquier emoción posible a la pelea por el título, también con la inestimable ayuda del sorpresivo desplome del Manchester City y la irregularidad del Arsenal. Los dos derrotas sufridas en las 34 jornadas disputadas hablan a las claras de la dificultad de vencer a un equipo sólido en lo defensivo y brillante en ataque. Esta última faceta elevada a la máxima potencia gracias a la estratosférica campaña de Salah, autor de 27 goles y 18 asistencias, líder de la Premier en ambas estadísticas y que seguirá vestido de rojo tras un año lleno de incertidumbre en torno a su futuro.
Fue precisamente el egipcio el que puso la primera piedra de la remontada que proclamó al Liverpool campeón. Tras un recibimiento grandioso por parte de la parroquia ‘red’, que entonó su mítico ‘You’ll never walk alone’ como nunca al saberse dominador de nuevo, la tarde comenzó con susto al adelantarse el Tottenham tras un buen cabezazo de Solanke. Los de Slot no dieron pie a la sorpresa y reaccionaron de inmediato. Salah se inventó un genial pase para que Szoboszlai regalara el empate a Luis Díaz, anulado por el colegiado por concedido por el VAR. Mac Allister, pieza clave en la medular junto a Gravenberch, anotó el segundo con un cañonazo desde la frontal con dirección a la escuadra. Gakpo, Salah y el autogol de Udogie completaron la goleada que ubicó la vigésima Premier en las vitrinas de Anfield.
Tras unos primeros meses apabullantes en los que lideró la fase liga de la Champions y se adueñó de la cabeza de la Premier, su bajón de rendimiento le llevó a despedirse de Europa tras caer por penaltis en octavos ante el PSG, caer en FA Cup a manos del entonces colista de Segunda y ser superado en la final de la Copa de la Liga por el Newcastle. Tres decepciones que se ven superadas con creces por la alegría que supone teñir de rojo el fútbol inglés cuatro años después por segunda vez en más de tres décadas.