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A estas alturas de verano nuestra piel muestra ya los signos de la exposición al sol, para lo bueno y lo malo: un bonito bronceado, por mucho que se haya conseguido con la ayuda indispensable de un buen fotoprotector aplicado de manera correcta, implica también mayor riesgo de envejecimiento cutáneo y de aparición de manchas solares, esas que nos echan años encima aunque no tengamos una arruga. Y en cualquier caso, el saludable y favorecedor tono dorado de nuestra la piel tras días de playa y piscina dura poco: poner el pie en una gran ciudad y que parezca apagada, opaca, seca y deshidratada es todo uno.
La buena noticia es que evitar estos efectos secundarios de la exposición solar y lucir un «eterno bronceado» y una piel sin manchas oscuras es posible, asegura la farmacéutica María Esther García de la Cruz, y depende, como casi todo lo que tiene que ver con nuestra salud, de lo que ponemos en el plato. Porque cuidar la piel por dentro, con nutricosmética y una dieta adecuada, es tan importante como hacerlo por fuera. El truco infalible de la experta pasa por «llevar una alimentación equilibrada que incluya betacarotenos y vitamina C, dos activos con propiedades antioxidantes que neutralizan los radicales libres provocados por los rayos UV», afirma.
Aumentar el consumo de betacarotenos, presentes en alimentos como las zanahorias, resulta clave para en estos días de sol intenso, porque no solo «ayudan a potenciar el bronceado, sino que son grandes aliados para combatir los radicales libres; gracias a sus propiedades antioxidantes, modulan la sensibilidad al sol en personas fotosensibles y mejoran la apariencia de la piel. Además, tienen efectos antiiflamatorios que protegen del daño celular causado por los rayos solares», explica la farmacéutica. Se pueden encontrar en alimentos que presentan colores rojos o anaranjados, como la zanahoria o la sandía. Y tras la exposición solar, recomienda aplicarlos sobre la piel en forma de «aceites vegetales, como el de zanahoria, rico en betacarotenos, esteroles vegetales y ácidos grasos esenciales, porque actúa como rejuvenecedor de la piel, manteniendo su elasticidad e hidratación y combatiendo los signos del envejecimiento».
Junto a los betacarotenos, también es imprescindible tomar «vitamina E, con un alto poder antioxidante que incrementa la hidratación de los tejidos, y ácidos grasos Omega 3, presentes en frutos secos naturales y semillas o también en pescados como el salmón del Atlántico. Ambos ayudan a proteger la piel desde dentro al activar la regeneración celular», añade García de la Cruz.
Jengibre para frenar el envejecimiento de la piel
Otro de los alimentos que más contribuyen a frenar el envejecimiento y a reducir el daño celular, por su alto contenido en antioxidantes, es el jengibre, «por eso, se utiliza mucho en la industria de la cosmética», apunta Amanda Dutruc, farmacéutica de DosFarma. Se debe al gingerol que contiene, lo que previene la degradación acelerada de colágeno y protege nuestra piel de los radicales libres, haciendo que tarde más en envejecer y retrasando la aparición de las arrugas. «El jengibre lleva años utilizándose como planta medicinal gracias a sus múltiples beneficios, y aunque ya es un alimento bastante común en España, aún nos cuesta un poco saber cómo usarlo e incorporarlo a nuestra dieta«, dice Dutruc, que no obstante recomienda consultar con el médico antes de consumirlo con frecuencia si se está embarazada o se toman otros medicamentos, «ya que puede dar lugar a interacciones», y aplicarlo sobre la piel «en forma de mascarilla o utilizar geles, cremas y champús que contengan jengibre».
La forma sencilla de tomarlo, explica Amanda Dutruc, es añadirlo como condimento a las comidas y en infusión -«Para hacer un té solo hace falta hervir unos trozos de raíz en un recipiente con agua durante unos 15 minutos, dejar que repose y añadirle un chorrito de limón»-, aunque también está la opción de comprarlas listas para consumir o en cápsulas.
La nutricionista de Naturae Nutrición Salena Sainz Echevarría, especialista en nutrición clínica y alimentación funcional con posgrado en Dermatología, insiste también en el papel que juega nuestra dieta a la hora de proteger nuestra piel del sol, prolongar el bronceado y evitar las manchas. «Una rica en antioxidantes, vitaminas y minerales contribuye a que esté más saludable y mejor preparada para enfrentar los rayos UV. Aunque no hay alimentos que sustituyan el uso de protectores solares, ciertos nutrientes pueden ayudar a fortalecerla y mejorar su resistencia frente a los daños solares», asegura.
Por eso, Salena Sainz, que dice haber aprendido de su abuela «cómo estar sanos a través del plato», ha elaborado un ‘menú fotoprotector’ perfecto para incluir en nuestra dieta veraniega. La nutricionista enfatiza que «estos alimentos no deben considerarse sustitutos de los protectores solares tópicos, pero incluirlos en la dieta ofrece un apoyo adicional, haciendo que la piel esté mejor preparada para recibir los rayos del sol y se vea visiblemente más saludable».
Por tanto, integrar estos alimentos en la rutina diaria, junto con la aplicación regular de protector solar, es una estrategia eficaz para mantener la piel protegida y radiante durante el verano. «La clave está en el equilibrio y en entender que una buena nutrición es un complemento valioso para cualquier régimen de cuidado de la piel», sostiene Salena Sainz. Este es su menú fotoprotector.
- Desayuno. Kéfir con arándanos, mango y granola con nibs de cacao y canela. Para comenzar el día, nada mejor que un desayuno rico en antioxidantes. «El kéfir es una excelente fuente de probióticos que ayudan a mantener la salud intestinal, esencial para una piel radiante. Los arándanos y el mango están cargados de antioxidantes y vitamina C, que protegen la piel contra los daños del sol. Añadir nibs de cacao proporciona polifenoles, y la canela tiene propiedades antiinflamatorias,» comenta Sainz.
- Almuerzo. Lentejas con quinoa, zanahorias asadas y mayonesa de yogur y aguacate. Este plato no solo es delicioso, sino también muy nutritivo. «Las lentejas y la quinoa son ricas en proteínas y fibra, lo que ayuda a mantener la piel firme y saludable. Las zanahorias son famosas por su alto contenido en betacaroteno, un antioxidante que se convierte en vitamina A, esencial para la reparación de la piel. La mayonesa de yogur y aguacate aporta grasas saludables y probióticos adicionales,» detalla Sainz.
- Cena. Bonito del norte a la plancha con crujiente de sésamo sobre puré de boniato y vinagreta de pico de gallo. Para la cena, Salena Sainz sugiere un plato lleno de nutrientes beneficiosos para la piel. «El bonito del norte es una excelente fuente de ácidos grasos omega-3, que ayudan a reducir la inflamación y mantener la piel hidratada. El puré de boniato es rico en betacaroteno y vitamina E, que protegen contra el daño solar. El sésamo aporta zinc, un mineral importante para la reparación de la piel, y la vinagreta de pico de gallo añade una dosis de vitamina C y antioxidantes,» explica.
Infusiones con cítricos deshidratados
Junto a las infusiones de jengibre, el menú que propone Salena Sainz se completa con otra bebida que supone un extra de salud para la piel: una refrescante infusión de hibisco. «Esta planta es conocida por su alto contenido en antioxidantes, que ayudan a combatir los radicales libres generados por la exposición al sol. Los cítricos deshidratados añaden un toque de vitamina C adicional, potenciando el efecto protector,» señala la nutricionista.