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Uno de los tres policÃas que ejercen la acusación particular en el caso Tsunami Democrà tic y que fueron heridos durante las protestas por la sentencia del procés está siendo investigado, al mismo tiempo, por presuntos malos tratos a detenidos en esos disturbios. El agente antidisturbios 91464 permanece investigado en dos causas judiciales: una, por los supuestos golpes a un menor de edad, Guillem P., que fue arrestado y luego absuelto por desórdenes públicos; la otra, por las presuntas amenazas y vejaciones infligidas a una joven, Paula G., según la abundante documentación y las fuentes consultadas por EL PAÃS.
En noviembre, dos antidisturbios heridos el 18 de octubre de 2019 en Barcelona (los agentes con números profesionales 91464 y 104440) presentaron un escrito ante la Audiencia Nacional. El juez Manuel GarcÃa-Castellón, que instruye el caso Tsunami Democrà tic, acababa de calificar los disturbios en Cataluña como actos de terrorismo y señaló, entre otros, al expresidente catalán Carles Puigdemont y a la número dos de ERC, Marta Rovira, por ese delito. La maniobra puede interpretarse como un intento de torpedear la amnistÃa que prepara el Gobierno de Pedro Sánchez. Los policÃas pretendÃan que se les reconociera su condición de vÃctimas de âactos de terrorismo callejeroâ. A ellos se sumó un tercer compañero de los antidisturbios, el 94954.
Los tres policÃas formaban parte de la Operación Ãcaro, el dispositivo de seguridad para dar respuesta a las protestas violentas que se desencadenaron cuando el Tribunal Supremo condenó a penas de entre 9 y 13 años de cárcel a los lÃderes polÃticos del referéndum del 1-O. El 18 de octubre de 2019, los agentes tenÃan como misión custodiar el edificio de la Jefatura Superior de PolicÃa, en la Via Laietana, donde âsectores radicales violentosâ protagonizaron âdisturbiosâ y lanzaron âintensos ataquesâ contra el edificio, incluidas âbengalas, cócteles molotov, ácido o bolas metálicas de petancaâ, según sus escritos. Estos destacan que usaban âtécnicas de combate similares al terrorismo callejeroâ del PaÃs Vasco.
El agente 91464, que entonces tenÃa 39 años, fue herido primero en la mano derecha y más tarde, en la plaza de Urquinaona, recibió un impacto en la parte derecha del casco que lo hizo caer al suelo desplomado. El informe del Hospital Universitari Sagrat Cor, donde fue atendido, señala que sufrió un âtraumatismo craneoencefálico leveâ y añade: âEl paciente no recuerda mecanismo de traumatismoâ. Más tarde, en un reportaje del digital El Independiente tras ser condecorado por el Ministerio del Interior junto a sus compañeros con una medalla de plata al mérito policial, dijo que una vez que cayó no recordaba nada, pero que sigue pensando en los rostros de aquel dÃa. âLa rabia que tenÃa esa gente, las ganas de querer hacer daño⦠Yo creo que buscaban un muertoâ.
De los tres que ejercen la acusación, este policÃa catalán salió mejor parado que sus otros dos compañeros, ambos gallegos. El agente 104440 sufrió una fractura abierta en el radio del brazo derecho que no curó bien. Al no reunir las condiciones fÃsicas para ejercer de policÃa, hubo de jubilarse anticipadamente a los 45 años. El tercer agente, el 94954, recibió un fuerte golpe en la parte superior del casco, que se fracturó, y cayó inconsciente. Fue ingresado en la UCI y una sentencia de un juzgado gallego le reconoció una indemnización del Ministerio del Interior por las lesiones. También se le concedió la jubilación por incapacidad permanente.
GarcÃa Castellón aceptó su personación de inmediato, tras conocer el rechazo de la FiscalÃa a investigar por terrorismo a los supuestos lÃderes de Tsunami. Las defensas han intentado (con la adhesión del fiscal Miguel Ãngel Carballo) expulsar a los policÃas de la causa con el argumento de que las heridas que recibieron aquel dÃa en ningún caso pueden atribuirse a esa plataforma. El juez, sin embargo, ha confirmado su derecho a ejercer la acusación, un factor que puede ser clave a la espera de que la FiscalÃa General del Estado decida, finalmente, si ve terrorismo en los actos organizados por Tsunami Democrà tic, una plataforma que organizó protestas masivas, que en algunos casos acabaron con episodios de violencia, contra la sentencia del procés. GarcÃa-Castellón recuerda que Tsunami anunció en sus redes una huelga general para el dÃa 18 con frases como âhoy bloqueamos el paÃs para ejercer nuestros derechos y libertadesâ. Bajo esa cobertura, hubo âalteraciones graves de la paz socialâ que dejaron, solo el dÃa 18, âmás de 80 policÃas heridosâ y daños.
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Uno de los tres policÃas que dan aire a la hipótesis del terrorismo de Tsunami, el antidisturbios 91464, tiene una doble condición por lo ocurrido el 18 de octubre de 2019: como perjudicado y como investigado.
La detención de Guillem
La primera causa tiene que ver con su participación en la detención de un menor de edad, Guillem P., mientras este se encontraba en una sentada frente a la Jefatura, escenario de los principales enfrentamientos entre manifestantes y policÃa. Su caso se hizo viral porque un vÃdeo mostró cómo, cuando los antidisturbios iniciaron una carga, los jóvenes salieron corriendo por Via Laietana; todos, menos Guillem, que parecÃa absorto en sus pensamientos. Cuando quiso darse cuenta, el chico, que tenÃa 16 años y llevaba una llamativa sudadera de color naranja, fue detenido y acusado de desórdenes públicos y atentado con uso de instrumento peligroso. Guillem fue absuelto, junto a otros tres menores que también habÃan sido acusados. Según la sentencia, dictada por el juzgado de menores 5 de Barcelona en junio de 2021, no se aportó ninguna prueba de que lanzara objetos contra el edificio policial o contra los policÃas.
Guillem se querelló después contra varios policÃas que, según su versión, le golpearon, le obligaron a ponerse de rodillas contra la pared y le lanzaron mensajes vejatorios. Un juzgado archivó el caso porque dijo que sus lesiones, âlevesâ, eran compatibles con una reducción policial en un contexto de âviolenciaâ, como la que vivÃa Barcelona durante aquellas jornadas. Pero el Tribunal Constitucional tumbó esa decisión y vio suficientes âindiciosâ como para, al menos, investigar, que es lo que ha hecho el juzgado de instrucción 11 de Barcelona estos últimos meses.
Un total de seis policÃas permanecen investigados y prestaron declaración como tales. Entre ellos, el agente 91464, que defendió que la detención fue proporcional y que el joven âforcejeóâ e intentaba âescaparseâ tras haberles lanzado botellas de vidrio y adoquines (algo que quedó descartado previamente en la sentencia absolutoria). Tras su comparecencia, la AbogacÃa del Estado pidió en noviembre el archivo de la causa con el argumento de que los agentes usaron âla fuerza mÃnima indispensableâ y de que no hay pruebas de que Guillem fuera golpeado en ningún momento. âNo causaron maltrato, tortura, humillación o vejaciónâ al menor, según el escrito.
Paula: investigada y denunciante
El policÃa también está investigado por la detención de Paula G. el mismo dÃa. A diferencia de Guillem, la causa judicial contra la chica (que llegó a estar diez dÃas en prisión provisional) sigue viva: la FiscalÃa pide dos años de cárcel por desórdenes públicos, atentado y daños. Durante esa investigación, dirigida por el juzgado de instrucción 30 de Barcelona, declaró como testigo (con obligación de decir la verdad) el antidisturbio 91464, que arrestó a Paula y la entregó en comisarÃa. En su declaración, admitió que no sabe quién le causó, posteriormente, las lesiones que sufrió.
Según la denuncia por malos tratos de Paula, que también investiga el juzgado de instrucción 30, fue detenida a las 18.00 entre Via Laietana y la plaza de Urquinaona, en medio de una carga. Dos agentes se le tiraron encima y ella les rogó que no le cortasen la respiración: âTe jodes, zorraâ, le dijeron, presuntamente, antes de llevarla a Jefatura, donde la pusieron de rodillas contra la pared. En el furgón policial, esposada por detrás, un agente la empujó y la hizo caer al suelo, siempre según su denuncia, que indica que recibió mensajes vejatorios y amenazas. â¿Un muerto estás buscando? ¿Eso es lo que quieres? No vais a parar hasta que haya muertos, ¿verdad? [â¦] Si hay un muerto, no va a ser de nuestro bandoâ. Un total de 13 policÃas permanecen por ahora investigados.
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