Prueba superada en Menorca. Puede que sin brillo. Y qué. ¿Acaso se trató de eso alguna vez? Nunca en realidad. Esto va de ganar y, si se puede, de la manera que lo hizo el Betis Baloncesto durante casi todo el metraje en Menorca. Con solidez defensiva, controlando el ritmo del partido y sin muchos apuros. Jugando al cinco contra cinco. La temporada, larga, le ha puesto muchos exámenes a este equipo, de todo tipo. El último, competir con un solo base en la plantilla por la lesión de Cvetkovic. Cómo se comportara con un solo director de juego disponible era el principal temor de su visita a Menorca y el Betis Baloncesto sacó adelante el compromiso desplegando el manual del pragmatismo. Llevando el partido hacia donde quiso, inopinadamente sin triples (sólo cuatro acertó de catorce tentativas) y con Radoncic, buena noticia que debería repetirse más a menudo, sobresaliendo en el capítulo anotador (17 puntos) y de valoración (22). Fue un Betis coral que se relajó en exceso al final y le dio un suspense innecesario a su 19ª victoria. El gesto contrariado y de amargura de su abultada derrota en Burgos, en su penúltima salida a domicilio, se transformó en sonrisa de satisfacción en Menorca.
Los verdiblancos tuvieron problemas para sujetar a Lukovic y Arteaga, que son móviles y atesoran calidad. Por ahí halló un filón que explotó el cuadro mahonés para tomar ventajas ante un Betis frío de inicio en defensa que no tardaría en adquirir temperatura. Benite tomaba la brújula cuando Renfroe se marchaba al banco y Gonzalo daba, esta vez sí, minutos a todos sus jugadores. Que no son muchos, apenas diez ya, con la lesión de Cvetkovic. Radoncic entró bien al partido y entre el montenegrino, Hughes y Jelinek se aliaron para ampliar al abanico de anotadores y hacerse con los mandos. Un mate estruendoso de Hughes, alma voladora, le echó el candado al primer cuarto (18-23) con un Betis que había acertado el 69% de sus tiros a canasta. Nada mal. El equipo, eso parecía, le había tomado la medida al rival y al partido, pero el regreso de la pareja Lukovic-Arteaga causó de nuevo estragos en el tablero verdiblanco. Ambos anotaban con facilidad aprovechando el enésimo tándem interior armado por García de Vitoria: López de la Torre-Kasibabu. Si la pelota llegaba a la pintura del Betis Baloncesto, problemas. Suerte que el equipo no se atascó en ataque y encontró vías de producción más allá de la dupla Benite-Hughes. Tunde, de repente, se hizo grande, un incordio para la defensa menorquina, y en muy pocos minutos sacó hasta tres faltas. El sierraleonés, desde el tiro libre, estiraba al Betis (26-33).
Jelinek erró entonces un triple y a Hughes le escamotearon los árbitros una falta que, además, podía ser antideportiva para desesperación del técnico verdiblanco e incredulidad del norteamericano. Radoncic, al que siempre se le pide un poco más, era de los más inspirados en el Betis siendo vertical y anotando con facilidad. Detrás, el Betis remaba, Hughes reboteaba, todo el mundo se implicaba y se abrochaba mucho mejor cuando Arteaga y Lukokic reposaban en su banquillo. Con 28-37, el Menorca lo paró porque el Betis lo tenía cortocircuitado, seco. Si los baleares usan defensas alternativas y ‘trampean’ mucho, el Betis también tiene registros y puede hormigonarse, como estaba haciendo, generando mucha confusión en los ataques rivales. El invitado tenía el partido en el punto de cocción deseado, aunque no lograba ponerse con diez de ventaja. Lo consiguió Álex Suárez, con tres tiros libres al borde del intermedio. Hughes sellaba el 33-43 al receso completando un primer tiempo modélico de su equipo. Con su baloncesto había generado el contexto deseado para plasmar el juego que mejor se ajusta a sus recursos. Era un Betis dominador y basado en la eficiencia y el pragmatismo, sin alardes ni fases de alta combustión anotadora (sólo dos triples). Con quince tiros de campo menos (y nueve más desde el 4,60) que su rival, ganaba de diez.
Sin triples
De los vestuarios regresó en la misma línea, con la cabeza fría, el corazón caliente, leyendo bien cada defensa y DeBisschop porfiando por cada rebote. Y agarrándolos, en modo carpanta. Renfroe y Benite anotaban y el Menorca se ponía en las manos de Cone, el que verdaderamente tiene dinamita. Buscaban los anfitriones un punto de inflexión para hacer girar el partido. Y creyeron hallar esa llave con un triple de Lukovic (44-51) y una falta en ataque de Tunde que Alderete transformaba desde el 4.60 (46-51). Parcial de 7-0 y el temor del Betis Baloncesto era ya patente. Síntomas preocupantes, porque hasta Hughes extraviaba una pelota que no domó. Le faltaban puntos. Se había parado el equipo. Renfroe asistía a Tunde tras una gran recuperación de Hughes forzada por el pívot africano (46-54) y Cone se llevaba la técnica por protestar. Luego se llevó otra el técnico local, Javier Zamora, pero el Betis sólo aprovechaba dos de los cuatro tiros libres (46-56). Los árbitros, a todo esto, sumaban un error de apreciación en cada jugada y Tunde se cargaba con la cuarta personal. A seis ajustó el Menorca (50-56) al final del tercer cuarto y el Betis tenía que reactivarse, especialmente en ataque y en su gran arma, el triple. Sorprendentemente, sólo había lanzado ocho y acertado dos.
Hestia Menorca (18+15+17+28): Llorente (-), Cone (8), Alderete (2), Lukovic (25), Arteaga (18) -quinteto inicial-; Ivanov (-), David Gómez (-), Figueras (14), Golden Dike (-), Molins (3), Stoilov (6), Mc Donnell (2).
Real Betis Baloncesto (23+20+13+27): Renfroe (5), Benite (11), Hughes (14), Álex Suárez (5), DeBisschop (9) -quinteto inicial-; Tunde (11), Kasibabu (-), Rubén López de la Torre (6), Jelinek (5), Radoncic (17).
Árbitros: Olivares Bernabéu, Martínez Vázquez, Murillo Khon. Descalificados Cone (m. 33) y DeBisschop (m. 40), éste por cinco faltas personales. Vigésima sexta jornada de la Primera FEB. Pavelló Menorca.
Casi se complica la vida
Una técnica al banquillo bético redujo más el colchón (51-56). Tunde, entonces, devolvió las aguas a su cauce con cinco puntos en un momento crítico (51-61). Cone fue descalificado con más de siete minutos y esa pérdida por parte del Hestia Menorca alfombró el camino del Betis Baloncesto hacia la victoria, con Rubén López de la Torre apareciendo entonces… y hasta colgándose del aro (56-67). Quemar las naves era ya la única posibilidad del Menorca, pero con la fuente de los triples completamente atorada (5/27) era casi imposible. No lo cerró el Betis hasta que Hughes y Benite frotaron la lámpara para adecentar la estadística triplista con dos dianas que llevaban consigo el aroma inconfundible del triunfo (61-74) a falta de tres minutos. Radoncic liquidaba el pleito (65-79), aunque el exceso de confianza de los verdiblancos les complicó la vida. Encajó un 11-1, que no venía a cuento, y fueron Benite y Hughes, los dos jugadores más fiables y consistentes del equipo en anotación, quienes resolvieron desde la línea de personal apagando ese conato de incendio inesperado que puso de los nervios a Gonzalo García de Vitoria.
