El propio político, fugado desde hace siete años, anunció su regreso a España en el día en el que estaba programado el debate de investidura de Salvador Illa, que finalmente logró los votos necesarios para suceder a Aragonès al frente de la Generalitat.
Todo el mundo estaba al tanto, por ende, del inminente regreso de Puigdemont, sobre el que pesaba una orden de detención por malversación.
La policía autonómica catalana erró, sin embargo, a la hora de capturar al líder independentista, pese a que se le vio caminando con calma por la calle de camino al pequeño mitin que había organizado en el Arco del Triufo de Barcelona.
Una vez se había dirigido al reducido grupo de fieles que acudieron a apoyarle, tampoco se produjo la esperada detención y Puigdemont huyó sin dejar rastro y poniendo en evidencia a las autoridades policiales de la Ciudad Condal.
Una circunstancia insólita que dejó perplejos a propios y extraños y que ha obligado a que el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, diera este viernes explicaciones del cómo y el porqué Puigdemont está de nuevo fugado.
Las aclaracione convierten la historia en aún más rocambolesca.
Sombreros para pasar desapercibidos
Según ha explicado Sallent en rueda de prensa, Carles Puigdemont y Jordi Turull lograron despistar a los agentes encargados del dispositivo que en ese momento aguardaban a la salida del escenario poniéndose unos sombreros de paja que en ese momento portaban algunos de los presentes, lo que les hizo pasar desapercibidos.
También confirmó que el coche blanco que ayer circulaba por todas las redes sociales era, efectivamente, el vehículo en el que viajaba oculto el expresident, pero que «un cambio de semáforo» les impidió alcanzarlo.
Ni los drones que habían colocado de forma estratégica, «mejor o peor» según Sallent, fueron capaces de seguirle la pista al vehículo.
Según el atestado policial del dispositivo al que ha tenido acceso ‘El Confidencial’, los Mossos buscan a una mujer que era la que estaba al volante del Volkswagen blanco en el que Puigdemont emprendía su huida. Pero no todo queda aquí.
¿Una rueda de repuesto o una silla?
En el asiento del copiloto, lo que en principio parecía la rueda de repuesto del coche resultó ser una silla de ruedas. El motivo, para añadir más surrealismo a la historia, es que, según la normativa, si en el coche va una silla de ruedas uno puede acceder a zonas normalmente vetadas al tráfico rodado.
En este caso, para que el vehículo en el que se fugaba el expresident pudiera avanzar por una zona peatonal y parte de una acera y esperar a Puigdemont casi a pie del escenario.
Durante su intervención de este viernes, el comisario jefe de los Mossos ha acusado a cargos de Junts de impedir la detención de Puigdemont: «Hicieron un muro humano». Asimismo defendió la labor de sus agentes e insistió en que no habían hecho el «ridículo».
