Home » un ‘telar’ que me ha ‘prestado’ mucho

un ‘telar’ que me ha ‘prestado’ mucho

by Marko Florentino
0 comments


Creo que ya lo he dicho alguna vez más, sentí la llamada de la literatura a finales del siglo pasado, en León, durante una fascinante etapa de mi vida en la que mis sentidos se embriagaban con los aromas que emanaban de las tradiciones, de los sentimientos, de la gastronomía, de la naturaleza, de la altanería leal de sus gentes, de la belleza incomparable de sus egregios paisajes, tan dispares entre el páramo y la montaña, entre sus ríos y sus valles y sus particulares comarcas, habitadas por unos ‘paisanines’ que se aferraban al peculiar legado de sus ancestros con una tenacidad reivindicativa, gallarda e inquebrantable.

Ha pasado más de un cuarto de siglo desde entonces y he tenido que descubrir la joya literaria que acaba de regalarnos Marta del Riego Anta para rememorar en todo su esplendor todas aquellas emociones que el tiempo, con su carga de linimento balsámico, había atenuado en lo más recóndito de mis entrañas, para rescatar un lenguaje propio, que se podía escuchar en una tasca del Barrio Húmedo o en una casa de comidas de Luna, de Babia o de una aldea montaraz que quedaba a merced del aullido de los lobos cuando en el fragor del invierno era engullida por la más tenaz de las nevadas; para aspirar el aroma de la cima más inabordable, para saborear en el velo del paladar la clorofila de los pastos y de los helechos, para sentir bajo mis uñas el rastro desmenuzado de la tierra mojada; para disfrutar de un lenguaje donde el castellano más racial y cristalino se entrevera con términos típicos del hablar de los leoneses y con ese idioma propio que es el ‘patsuezu-llionés’. Y a esa mezcolanza lingüística, tan compensada, tan grata de leer, tan auténtica, tan nutritiva, hay que añadir el acompañamiento coral de frases que se repiten como una salmodia o una letanía que susurran el eco del viento o las leyendas de la narrativa oral.

Marta del Riego Anta ha escrito una novela brutal y salvaje en el más amplio sentido de ambos términos, en el semántico, en el emocional y en el de su entramado constructivo. Alrededor de Nidia -la mujer montaña-, de Dario -el hombre bosque- y de una osa, crea una urdimbre argumental en la que la querencia de lo auténtico, de lo esencial que condecora, para bien y para mal, el carácter de los lugareños, el afán invasor del científico que llega de la ciudad y el instinto de los animales que luchan por sobrevivir se enfrentan en un conflicto constante, en el que muchas veces no se distingue quién es más feroz e irracional.

Imagen - Cordillera
  • Marta del Riego Anta
    416 páginas 20,95 euros

Nidia, la pastora trashumante es la heroína cuarentona y solitaria que resiste contra vientos y amenazas al frente de su manada de ovejas merinas, defendiéndolas de políticos, osos y lobos con la complicidad de sus fieles mastines de pura raza leonesa. A su alrededor revolotean una amiga de la infancia, un alcalde putero, depredador sexual y pesetero y ese biólogo llegado de la capital, y que tan distinto y distante le resulta al principio. Ella es el oscuro, violento o repentino objeto de deseo de todos ellos, como se aprecia en la narración, cuyo peso recae en ella o en Dario, y en unos diálogos de una intensidad que se funde con las voces contadoras con la naturalidad con que la nieve se filtra en las laderas del monte.No aparece hasta el meridiano de la trama el elemento trágico, pero para entonces (prácticamente desde su Obertura) la autora nos ha cautivado, como si fuera una ‘xana’ que nos ha convertido en víctimas de un conjuro delicioso y cruel a partes iguales. Y es posible que se intuya enseguida la naturaleza del asesino y el móvil que le ha conducido a perpetrar su crimen, pero ese detalle no importa en el contexto global de la novela, donde el amor por la naturaleza, la defensa de lo propio y las pasiones humanas -agresivas, ambiciosas o románticas- se suceden escena tras escena.

Si tras la ‘trapa’ que hay que descorrer para abrir un libro se puede encontrar una caja de música, el cofre de un tesoro o un féretro con un olor nauseabundo, cuando el lector descerraje ‘Cordillera’ descubrirá una de esas novelas que el tiempo, a pesar de su carga de linimento balsámico, convertirá en inolvidable, un ‘telar’ literario -qué prodigio polisémico adorna en León a ese término que se ajusta a cualquier situación- que ‘prestará’ mucho -cuánto me gusta también esa acepción apetecible de ‘prestar’, tan típica, tan propia del Viejo Reino- a los lectores que, como yo, hagan suyo este pasaje de la novela. Y es que «yo me quedé en el aire porque había estado meciéndome en su voz, y pensé su voz me arrulla, su voz, tiene muchos timbres de voz, una voz modulada, una voz en la que puedes entrar y acurrucarte, una voz que es un lugar».

No se me ocurre una definición mejor y por eso la reproduzco. ‘Cordillera’ es una voz llena de timbres, el de la montaña, el del oso, el del ser humano que, en el desenlace, da un ejemplo de solidaridad para que resplandezcan la justicia, la libertad y la vida. Una voz propia, la de una gran autora. Una voz que valora la figura de mujeres que eligen la soledad y su trabajo como baluartes. Una voz que mece con su susurro de nana agreste. Una voz que es un lugar, la montaña leonesa y el corazón de cada uno de sus moradores. Una voz que es literatura en estado puro.



Source link

You may also like

Leave a Comment

NEWS CONEXION puts at your disposal the widest variety of global information with the main media and international information networks that publish all universal events: news, scientific, financial, technological, sports, academic, cultural, artistic, radio TV. In addition, civic citizen journalism, connections for social inclusion, international tourism, agriculture; and beyond what your imagination wants to know

RESIENT

FEATURED

                                                                                                                                                                        2024 Copyright All Right Reserved.  @markoflorentino