El expresident Carles Puigdemont sigue en paradero desconocido. Horas después de que el líder de Junts pusiese un pie en Barcelona, en el acto que su partido ha organizado este jueves para darle la bienvenida, los Mossos d’Esquadra han desactivado ya todo el operativo de búsqueda en las salidas de la capital catalana y de Cataluña para dar con él. Puigdemont ha aparecido, ha dado un mitin de cinco minutos en el escenario, bajo el Arco del Triunfo, y ha vuelto a desaparecer, materializando una segunda huida del país, siete años después de haberse escapado en el maletero de un coche, en 2017, tras declarar unilateralmente la independencia.
De todos los escenarios que la policía catalana había previsto para llevar a cabo la detención del expresident, ninguno contemplaba que pudiese perpetrar una fuga, frente a la presencia de 2.500 de personas, que han acudido a ovacionarle, y de decenas de agentes de la Comisaría General de Información de los Mossos, encargados del operativo, que han vigilado en todo momento los pasos del político fugado hasta que ha desaparecido entre la muchedumbre. El plan era detener discretamente a Puigdemont, una vez traspasase el perímetro de seguridad del Parlament. El líder de Junts, sin embargo, nunca llegó hasta allí.
El plan de huida estaba perfectamente diseñado y contaba con varios colaboradores, entre ellos, un mosso, dueño del primer vehículo en el que ha huido el expresident, que la policía catalana ha detenido esta mañana. Tras la escueta intervención, de apenas cinco minutos, del expresident en el Arco del Triunfo de Barcelona, la organización del acto ha pedido a los congregados que acompañase a Puigdemont y a otros dirigentes de Junts hasta las puertas del Parlament, donde estaba previsto que entrase el primero.
Un hueco en el panel blanco
La cadena humana ha acompañado a los líderes independentistas, que han caminado ante la atenta mirada de cientos de periodistas hasta la cámara catalana. Creían, tal vez, que en el centro de esa masa de personas, perfectamente compenetrada, estaba él. No era así. Los dirigentes de Junts entran al Parlament, y, de pronto, todos se hacen la misma pregunta: ¿dónde estaba Puigdemont? En ese momento, según revelan fuentes policiales, el líder separatista ya había emprendido su huida a bordo del honda de color blanco, que le esperaba a pocos metros del escenario.
Puigdemont había burlado, en un solo movimiento, a la prensa y a los Mossos que, perplejos, se daban cuenta de que trataba de fugarse de nuevo. El expresident, acompañado de sus allegados, aprovechó para salir por una puerta trasera del escenario y, antes de que comenzase la marcha hacia la cámara catalana, caminó a paso rápido hasta el vehículo, donde, según han captado las cámaras, iba acompañado de tres personas, y de una rueda de repuesto, en el asiento del copiloto. Este movimiento es ajeno a los periodistas y los ciudadanos, pero no para los agentes de Información de los Mossos, que comienzan a perseguirle en otro vehículo.
La alarma cunde en el centro de coordinación del dispositivo de seguridad. Creen que, una vez más, Carles Puigdemont, está en el maletero de ese vehículo y pretende huir. Se activa, también, la operación Jaula, para evitar a toda costa que se escape. Los mossos le siguen, a gran velocidad, tras avanzar varios tramos en dirección contraria, pero finalmente acaban perdiéndolo, a la altura de la Estación del Norte, en la calle de la Circunvalación.
Huida en directo
Apenas habían transcurrido 15 minutos desde que Puigdemont había puesto un pie en el Arco del Triunfo. No estaba identificado ni detenido. Se había escapado en directo. El sentimiento que recorre ahora el cuerpo policial es de total devastación ante el fracaso del operativo, integrado por decenas de agentes antidisturbios y de Información, que han visto como el líder de Junts paseaba delante de ellos y después, para su sorpresa, volvía a huir.
Por el momento, los Mossos no han dado con el vehículo blanco, aunque sí con su conductor. En cualquier caso, una vez desactivado el dispositivo de búsqueda, creen que el equipo del político fugado ha utilizado dos vehículos distintos para salir de la capital catalana.
