En poco más de cuatro meses se retirarán miles de toneladas de escombros del edificio incendiado el pasado 22 de febrero en el barrio valenciano de Campanar. Medio año después de la tragedia, en la que perdieron la vida 10 vecinos y el complejo de 138 viviendas quedó reducido a cenizas, los propietarios comienzan a ver la luz. “Es un gran día”, han comentado este lunes mientras una empresa comenzaba con la retirada de pavimentos, alicatados, cubiertas, enseres y restos de la fachada ventilada.
La empresa Giticsa es la encargada de llevar a cabo la retirada de los escombros del edificio, en cuyo interior la mayoría de viviendas han quedado prácticamente diáfanas, sin tabiques, y acumulan restos de cables, estructuras y, en el mejor de los casos, restos de algunos electrodomésticos, mobiliario y enseres. Este lunes han entrado las primeras máquinas y ha empezado a verse movimiento de operarios y maquinaria en el edificio después de que el Ayuntamiento de Valencia concediese la licencia.
El presidente de la asociación de propietarios del edificio, Aproicam, Enrique Salvador, ha incidido en que el inicio de los trabajos de desescombro es “la primera fase de la rehabilitación” y ha señalado que “es un gran día y es una buena noticia para los vecinos”. Los trabajos que se inician hoy costarán 1,5 millones de euros que desembolsarán las compañías aseguradoras.
Los primeros días se dedicarán a la descarga y acopio de materiales, equipos y contenedores, así como a la colocación del vallado perimetral y de las medidas de seguridad y a partir de ahí, comenzará el desescombro propiamente dicho de las viviendas y la zona común y la piscina.
Salvador ha sostenido que “todavía quedan más buenas noticias, como que se resuelva la financiación de la reconstrucción” y ha apuntado que la asociación “está en conversaciones con la aseguradora para que esa sea posible y se pueda culminar la obra en dos o tres años”.
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La reconstrucción, según Salvador, mantiene la estructura [un informe dio el visto bueno a la rehabilitación tras un minucioso estudio] pero prevé “un edificio nuevo porque muchos materiales ya no se pueden usar”, con una “fachada que será totalmente diferente”. Ha valorado que los propietarios y las administraciones “están haciendo las cosas muy rápidas” y van “todos a una para que sea así”.
Sus “compañeros de tragedia de Italia [en alusión al incendio de Torre dei Moro, en Milán, muy similar al de Campanar] han empezado a desescombrar tras tres años” y en Valencia se ha hecho “ahora, tras seis meses”.
El vicepresidente de Aproicam, José Mas, ha coincidido en señalar que es una “buena noticia” pero ha remarcado que aún tienen “mucho camino por recorrer”. “Para ello, necesitamos ayudas, que se mantengan la moratoria de hipotecas que es muy importante y las ayudas de alquiler porque aunque estamos en un proceso muy bueno por habernos movido mucho, esto va a llevar un tiempo”.
Siete familias en Safranar
Unas 99 familias afectadas por el incendio solicitaron al Ayuntamiento de Valencia vivienda para los primeros meses y el consistorio les cedió un edificio de propiedad municipal destinado al alquiler social. El pasado 26 de agosto venció el plazo y la mayoría de familias realojadas habían abandonado el inmueble pero siete de esas familias, en situación de vulnerabilidad, no han podido encontrar una alternativa habitacional.
La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha explicado este lunes que han pedido un informe de vulnerabilidad y su incorporación a la lista de demandantes de vivienda pública. La de Safranar es “vivienda pública al servicio de la ciudadanía, que ha entendido o perfectamente que era un buen destino ayudar a esas familias”.
“Los trabajadores sociales trabajan para emitir los informes para acreditar su situación social, familiar y económica y poder ayudarlos, ha apuntado la alcaldesa, a la par que ha recordado que la reconstrucción corre a cargo de las aseguradoras.