Prestamos Pinceladas al jurista Emilio Aquino Jiménez, quien escribe lo siguiente:
La dignidad es un derecho fundamental sombrío, genérico, subjetivo que, por ende, es muy abstracto. Vivir dignamente implica muchas libertades subjetivas, cuyo valor está ligado el carácter personal del individuo. Es así como, todo ser humano tiene derecho a la dignidad, pero no significa lo mismo para todos los individuos.
Se puede vivir y morir en dignidad, ambas concepciones humanas tendrán significado partiendo de los valores que cada persona le otorga a la vida o a la muerte. De ahí que muchos individuos tienen una concepción tan clara de la vida, que cuando ella resulta indigna, prefieren morir dignamente. Es que vivir dignamente es no tener miedo a tomar decisiones drásticas, aun sea en contra de nuestra propia existencia.
Esta reflexión surge de las declaraciones dadas por Ángel Eduardo Hernández en fecha 22 de julio 2024 en el Nuevo Diario. El hombre de 40 años pide aprobar una ley de eutanasia para “dejar de sufrir”. Para muchas personas esto constituye un acto de desesperación que lleva al ser humano a un estado de desesperación que prefiere dejar su existencia física para no seguir enfrentando el dolor que le causa la situación física que padece.
Desde el punto de vista religioso es una expresión de falta de fe en el poder de Dios para quitar el sufrimiento o como dirán otros, mientras más fuerte sea tu dolor, mayor será tu recompensa. Pero lo cierto es que detrás de esas declaraciones existe un ser humano dotado de una dignidad por el solo hecho de su ser. En tanto, cuando ese ser ya pierde su condición de vida digna es posible obtener del Estado el salvoconducto para dejar su existencia física.
Podría argumentarse que quien así piense tiene la opción de tomar la decisión del suicidio, sin embargo, no es lo mismo atentar contra su propia vida a través del suicidio, que hacerlo amparado en una norma legal que habilite los procedimientos y condiciones que debe reunir una persona que ha optado por someter una solicitud de suicidio asistido. Dado que son muchas las ocasiones que personas han solicitado la muerte asistida en ordenamientos jurídicos donde esta es legal y han sido rechazadas por no cumplir con los requisitos exigidos por las ciencias médica y jurídica para optar por esa opción.
Somos conscientes de que este tema genera diversas pasiones al ser abordado desde el punto de vista jurídico, sin embargo, no podemos olvidar que en un Estado Social y Constitucional del Derecho como propugna nuestra constitución la libertad del ser humano, va más allá de las pasiones de grupos sociales o religiosos. El tema de la eutanasia puede ser debatido de manera amplia en nuestra sociedad, pues la dignidad es innata a cada ser humano y, por ende, si una persona entiende que su vida se ha tornado indigna tiene el derecho a prescindir de ella, con la venia del Estado.