Jesmin Akter, una mujer británica de 34 años, pretendía eliminar la plaga de chinches que infestaba su casa y acabó envenenando mortalmente a la pequeña Fatiha Sabrin, su vecina de 11 años. Ahora, un tribunal de Reino Unido ha declarado que la mató accidentalmente y ha determinado que no tendrá que entrar en la calle.
Akter había importado ilegalmente fosfuro de aluminio desde Italia para hacer frente a la plaga de su apartamento en Shadwell, Tower Hamlets, al este de Londres. La mujer no leyó el paquete antes de distribuir una cantidad letal en su domicilio y sacar a su familia durante 24 horas, según recogen los medios locales.
Sin embargo, la sustancia reaccionó con la humedad y originó fosfina, un gas venenoso muy tóxico para los seres vivos que ha sido comparado con un agente de guerra química. El producto se filtró a un apartamento vecino y mató a Fatiha el día de su cumpleaños en diciembre de 2021, además de provocar que otro niño pequeño fuera hospitalizado.
Akter admitió el homicidio tras haber importado ilegalmente la sustancia. Ha sido condenada a dos años de cárcel, una pena que ha sido suspendida, y a realizar 150 horas de trabajo no remunerado.
La condenada explicó en el juicio que optó por traer desde Italia el fosfuro de aluminio para combatir los chinches porque las medidas adoptadas por el propietario habían sido «insuficientes». No obstante, su decisión de transportar la sustancia en un vuelo de pasajeros podría haber causado un «catastrófico incidente en el aire y haber puesto cientos de vidas en riesgo» si el embalaje hubiera resultado dañado, según la jueza, Alexia Durran.
En un «período relativamente corto» desde que Akter distribuyó las pastillas en su apartamento, otros ocupantes, incluidos niños del bloque, empezaron a sentirse mal.
La jueza también destacó el buen carácter previo de Akter y le dijo que entendía que se sintiera «abrumada por un sentimiento de culpa paralizante». «Se ha perdido una vida joven y llena de promesas», señaló.