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La Estación Ferroviaria Internacional de Canfranc, tras décadas en el olvido, ha resurgido como un ave fénix convertida en un hotel de lujo: Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel.
Inaugurado en 2023, este hotel de 5 estrellas Gran Lujo conserva la esencia original de la estación, combinándola con un diseño moderno y elegante. Sus 104 habitaciones, distribuidas en dos plantas, ofrecen vistas impresionantes a los Pirineos.
Su historia
La Estación Ferroviaria Internacional de Canfranc, ubicada en el municipio español de Canfranc-Estación (Huesca), Aragón, se alza como un monumento a la ambición humana y un testimonio de un pasado glorioso. Su imponente presencia, a 1.194 metros de altitud en el Valle de los Arañones, evoca una época en la que España y Francia se unían a través de un proyecto ferroviario sin precedentes.
El sueño de conectar ambos países se materializó gracias a la tenacidad de dos compañías: Midi Francés y Norte de España. Entre 1909 y 1910, trazaron el plan que daría vida a esta obra titánica. La construcción se inició en 1915, pero la Primera Guerra Mundial retrasó su finalización hasta 1925.
Un símbolo de unión y progreso
El 18 de julio de 1928, la estación fue inaugurada por el Presidente de la República Francesa, Gaston Doumergue, y el Rey Alfonso XIII. Canfranc se convirtió en un símbolo de unión e progreso, un faro de esperanza en un continente marcado por las cicatrices de la guerra.
Su ubicación estratégica en el Valle de los Arañones, junto al túnel de Somport, la convirtió en un punto clave del comercio y el intercambio cultural entre España y Francia. Durante su breve periodo de esplendor, la estación fue testigo del paso de miles de viajeros, mercancías e historias.
Sin embargo, el destino tenía otros planes. La Segunda Guerra Mundial tiñó de luto a Europa, y Canfranc no fue una excepción. La estación se convirtió en un pasaje clandestino para muchos que huían del conflicto, pero también en una ruta para el tráfico de oro y obras de arte saqueadas. Las desavenencias políticas entre España y Francia tras la guerra provocaron el cierre definitivo de la estación en 1945. Durante décadas, Canfranc permaneció en el olvido, un gigante dormido bajo la nieve de los Pirineos.
De un tren a un hotel
En la década de 1980, surgió la idea de convertir la estación en un hotel. Esta iniciativa, impulsada por diversas entidades locales y regionales, buscaba revitalizar la zona y aprovechar el potencial turístico del edificio histórico. Sin embargo, el proyecto se vio envuelto en numerosos obstáculos financieros y legales, lo que retrasó su ejecución durante décadas.
Finalmente, en el año 2013, el Gobierno de Aragón adquirió la estación con el objetivo de transformarla en un hotel de lujo. Tras un exhaustivo proceso de restauración, que respetó la esencia original del edificio, la Estación Ferroviaria Internacional de Canfranc reabrió sus puertas en 2023 como Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel.
- Habitaciones: 104 habitaciones decoradas con un estilo clásico y vanguardista, que ofrecen vistas impresionantes a los Pirineos. Algunas suites incluso tienen balcón o terraza.
- Restaurantes: dos restaurantes: el Brasserie 1928, que sirve cocina francesa tradicional, y el El Bistrot, que ofrece cocina española de temporada.
- Bares: dos bares: el Bar Hall, con un ambiente informal, y el Bar Coctelería, con una atmósfera más sofisticada.
- Spa: un spa de 500 metros cuadrados, con piscina climatizada, sauna, baño turco, jacuzzi y cabinas de tratamiento.
- Otras instalaciones: gimnasio, biblioteca, sala de reuniones y centro de negocios.
Cómo reservar para visitar
Para los amantes de la historia y los lugares emblemáticos, la Estación Ferroviaria Internacional de Canfranc ofrece una visita guiada por su exterior, una oportunidad única de conocer a fondo este monumento histórico.
El recorrido, a un precio accesible (gratuito para menores de cinco años, 1,5 euros para niños de seis a diez años y 4 euros para mayores de 11), permite a los visitantes atravesar el vestíbulo del Edificio Histórico como paso hacia la nueva Estación Ferroviaria. La visita, de aproximadamente 400 metros a pie, ofrece un viaje al pasado a través de la imponente arquitectura de la estación.
El acceso al interior del Edificio Histórico está limitado a la zona de paso hacia la nueva Estación Ferroviaria. Para realizar una visita guiada completa del edificio histórico, se recomienda reservar con antelación a través de la web. La estación es un lugar único que merece ser visitado. Un viaje al pasado que te transportará a otra época y te permitirá descubrir los secretos de este emblemático monumento.