Este curso casi uno de cada 10 vales escolares se quedó sin usar. Concretamente, se utilizaron 1,4 millones de cheques, lo que supone un 91% del total disponible, según los datos facilitados por el Departamento de Economía. La cifra supone un descenso respecto a la campaña del año pasado, en que se validaron el 94% de los vales. El Govern no valora los datos, pero asegura que la iniciativa se mantendrá el próximo año, aunque no se sabe si se modificará. La iniciativa, que muchas familias aplauden, es criticada por parte de direcciones y AFAs, que aseguran que ha aumentado la burocracia y no está diseñada para garantizar la equidad, y además piden al Govern que ingrese el importe directamente a las escuelas a cambio de las cuotas de material.
La campaña del vale escolar, que finalizó el pasado 30 de noviembre, presentaba como novedad que cada alumno disponía de dos cheques de 30 euros (el curso pasado eran de 50 euros) para comprar material escolar, libros de texto y licencias digitales, juegos educativos o pequeños instrumentos musicales (quedaban excluidos la ropa y los aparatos electrónicos como ordenadores o tablets). Otra de las novedades es la ampliación de los beneficiarios y, además de los alumnos de primaria, en esta edición se incluyeron los de secundaria, los de la FP básica y de escuelas de educación especial, pero se mantuvo la participación de alumnos tanto de centros públicos como concertados.
En total, 794.820 beneficiarios potenciales de todas estas etapas, aunque finalmente han hecho uso de los vales 727.080 alumnos, lo que supone un 91%. En cuanto a los cheques, se han gastado 1.444.584, de un total de 1.589.640 disponibles. Traducido en euros, estos datos supondrán un gasto de 43,3 millones de euros para la Generalitat, por debajo de los 47,7 millones previstos. De esta manera, con la reducción del importe de la ayuda se ha mantenido el mismo nivel de gasto, a pesar de aumentar los beneficiarios.
Con todo, las cifras suponen una reducción porcentual respecto a la campaña del año pasado, que se saldó con un total de 424.838 alumnos beneficiados (el 95% de los que tenían derecho), que validaron 849.3619 vales, lo que supuso un importe de 42,3 millones. En esa edición, el principal establecimiento beneficiario fue Abacus, que concentró un 28% de los cheques, un porcentaje que, de hecho, corresponde al peso de la cadena, que copa un 30% del mercado, aunque los pequeños establecimientos también celebraron la medida porque daba aire sector de las librerías, muy castigado por la pandemia y por el auge del comercio electrónico. Este año, el 78% de los vales se han utilizado en 2.115 comercios.
Un problema burocrático
Otra de las novedades de la campaña de este año era que las familias podían ceder los vales a los centros escolares, a cambio de una reducción de las cuotas de material que las escuelas giran a los padres. Según los datos de Economía, las familias han cedido 316.826 vales, lo que supone el 22%, a un total de 2.522 centros educativos (hay unos 3.000 centros de primaria y ESO públicos y concertados).
La novedad no ha sido bien recibida, en general, por las escuelas, ya que consideran que “ha supuesto un aumento significativo de la burocracia”, asegura un miembro de la junta de directores. Otra de las quejas de las direcciones, apunta esta fuente, es que debían gastar todo el importe de los vales antes de final de noviembre. “Esto te obliga a hacer una previsión de todo lo que necesitará el alumno todo el curso y lo tienes que comprar durante el primer trimestre y gastarte hasta el último centro, cosa que te deja sin dinero si necesitas material en el tercer trimestre”. Este director apunta que el sistema también ha generado algún conflicto con algunas familias. “Algunas habían cedido el vale erróneamente y después no lo podías devolver”.
De hecho, viendo la carga de trabajo que les iba a suponer la gestión de los vales, “hay centros que recomendaron a las familias que no les cedieran los cheques”, añade el director. Este extremo es corroborado por las asociaciones de familias. Lidón Gasull, directora de la Affac, que agrupa las AFA de la escuela pública, también asegura que hay AFA que recibieron comunicados de los colegios en este sentido.
Gasull también considera que los datos que la cesión de los vales no ha funcionado. “Las familias piensan que no tienen por qué cederlos y además ha supuesto un quebradero de cabeza para los centros”. Desde la Affac valoran que la iniciativa “solo ayuda al sector de las librerías” y que los vales no están sirviendo para el objetivo que fueron creados: reducir los efectos de la inflación en la economía familiar. “No tiene sentido que la ayuda sea universal, que beneficie a familias de la pública y la concertada”, añade Gasull.
Direcciones y AFAs coinciden en que es necesario cambiar el concepto y reclaman que la Generalitat ingrese el importe de la ayuda directamente a las escuelas, a cambio de reducir o incluso eliminar la cuota de material. “Eso reduciría la burocracia y no tener que ir con prisas para gastar el dinero”, apuesta el director.
La Generalitat ya ha confirmado que la medida se mantendrá el próximo año, ya que forma parte del pacto de investidura con ERC, aunque asegura que está analizando los datos y todavía no se sabe si se introducirá alguna modificación o si la ayuda la pasará a gestionar Educación, y no Economía. La consejera de Educación, Esther Niubó, ya aseguró a principio de septiembre su intención de “darle la vuelta al vale para que tenga un mayor impacto y se pueda focalizar más en el alumnado vulnerable”. Lo dijo tras conocerse el contundente informe de la Sindicatura de Cuentas, en que se cuestionaba la utilidad de la medida y concluyó que “no contribuye a favorecer la equidad entre los alumnos”.
