Las viviendas anexas a la parroquia de San Lorenzo estarán en obras los próximos meses para resolver las múltiples patologías que presentan. La comisión ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo dio ayer luz verde a la licencia solicitada por la Archidiócesis para acometer … unos trabajos que, en líneas generales, prevén la rehabilitación y reforma de la casa del párroco –a la que se accede por calle Hernán Cortés– para la consolidación, refuerzo o sustitución de los forjados y redistribución del interior. Además, se aprovechará para construir dos aseos en el templo, uno adaptado a personas con movilidad reducida, para dar servicio a los feligreses y visitantes.
El expediente al que ha tenido acceso este periódico se basa en un informe desfavorable de la Inspección Técnica de Edificios (ITE) al que se pretende dar respuesta. En el mismo, se pone el foco a la existencia de desprendimientos de ladrillos, fisuras y patologías propias de la antigüedad del edificio, frente a las que se plantea un plan para la ejecución de reparaciones, así como el seguimiento de las mismas, de cara a asegurar la durabilidad del inmueble y garantizar la seguridad de las personas. El propio documento se refiere a las carencias detectadas en la torre-campanario de la parroquia y la necesidad de acometer una restauración integral de la misma. Sin embargo, el proyecto no tiene fecha de ejecución y la intención es que se acometan en el momento en el que se reúnan los fondos necesarios para ello.
La intervención que ha logrado licencia es la del Proyecto Básico y de Ejecución, Estudio Básico de Seguridad y Salud de la rehabilitación y reparaciones recogidas en la ITE y de rehabilitación de las viviendas anexas a la parroquia de San Lorenzo. También se prevé una actuación de carácter complementario en el interior del templo, consistente en la ejecución de dos aseos, uno de ellos adaptado. Paralelamente, se llevarán a cabo pequeñas reparaciones y actuaciones de seguimiento que den contestación a la ITE negativa. Eso sí, el expediente aclara que no será necesario intervenir en la iglesia o sacristía, espacios que se encuentran «en buen estado» por las mejoras que se llevaron a cabo en su día y que hace que estén protegidos.
El resultado de las catas
Antes de que se realizara ITE, y avisados por los usuarios de las viviendas, se realizaron una serie de inspecciones en el edificio para ver el alcance de las patologías, que a simple vista parecían ser preocupantes. En la primera visita, señala el expediente, «se aprecian numerosas fisuras en las paredes y en los suelos, además de desprendimientos de parte de los revestimientos». La solería, por su parte, presentaba «resaltos importantes». Así, insiste en que con motivo de la «preocupación y urgencia» detectadas en la visita, se realizaron catas en los falsos techos para ver el alcance real de la situación. De la mismas se concluyó que existía «un peligro real de fallo de los apoyos de vigas de madera de los forjados», solicitando con rapidez el apuntalamiento de algunas zonas «con evidentes estados de pudrición».
Al respecto, se concluye que gran parte de las patologías de la estructura de madera estaban provocadas por «el estado de pudrición y la aparición de xilófagos, agravada por la presencia continua de agua fruto del mal estado de las tuberías y las terrazas», en la que no existía impermeabilización. Además, aprovechando los trabajos de rehabilitación, el proyecto prevé «la redistribución de espacios y la dotación de aseos más acordes a la normativa actual». En lo que se refiere a la fachada, «presenta un buen estado» y sólo «se cambiará la carpintería por otra similar». En cuanto a las cubiertas, «se pretenden dotar de las condiciones mínimas de seguridad, mantener su configuración y eliminar las capas de clorocaucho». Se contemplan, además, nuevos revestimientos, tabiquerías e instalaciones para mejorar el estado de las viviendas.