Las recientes efemérides del pintor Diego Velázquez, especialmente la del 425 aniversario de su nacimiento (6 de junio de 1599), pero también la que se celebró hace dos días -la fecha de su muerte un 6 de agosto de 1660- han vuelto a poner en el foco la puesta en valor que Sevilla hace de uno de sus hijos más universales.
Por parte del Ayuntamiento, el que podría haberse convertido en el ‘Año Velázquez’ siguiendo la estela de otras conmemoraciones como las de otro genio de la pintura, Bartolomé Esteban Murillo, se ha solucionado con la creación del Premio Internacional de Pintura ‘Ciudad de Sevilla’, que con una dotación económica de 30.000 euros pretende, además de ensalzar el trabajo de los artistas plásticos actuales, convertirse en «el premio de referencia de la ciudad bajo el cual se sume el resto de galardones de instituciones con el fin de dar difusión a todas estas iniciativas y crear una red de premios». Así lo explicó el alcalde, José Luis Sanz, en la reunión que mantuvo el pasado 6 de junio con los creadores sevillanos en el Espacio Santa Clara. La premisa de este gobierno es que la mejor forma de recordar al pintor de cámara de Felipe IV es «cuidar su herencia», la escuela de pintura sevillana, pero también a sus herederos, los artistas locales contemporáneos.
Mientras desde el flanco público se proyecta el futuro, la iniciativa privada trata de recuperar el pasado. Ni una ni otra parecen suficientes. El proyecto de convertir en un centro de interpretación la vivienda cercana a San Pedro en la que nació el maestro del Barroco y que desde 2022 promueve la Fundación Casa Natal de Velázquez, avanza muy lentamente pese al empeño de sus impulsores, el escritor y gestor cultural Enrique Bocanegra, el ingeniero Enrique Piñeyro y el empresario Eduardo Catalán. La falta de financiación ha frenado las obras de revestimiento del inmueble, una vez que, según apunta Bocanegra, se ha acometido la urgente consolidación del edificio, habida cuenta de que en el momento en que se compró el número 4 de la calle Padre Luis María Llop la casa estaba en un estado casi ruinoso. Esto fue en 2018, cuando estos mismos promotores la adquirieron por 1,4 millones de euros, tras seis años abandonada. Su último uso había sido el del taller de los modistos Victorio y Lucchino.
«Nuestro primer objetivo es conservar la casa, podría haberla comprado un grupo inversor para hacer pisos turísticos», sostiene Enrique Bocanegra, habida cuenta de que el edificio contaba sólo con la Protección Parcial en Grado 1 (letra C), que preserva únicamente la fachada y primera crujía, sus muros originales y el patio interior.
Es en el segundo reto de esta fundación donde se ha encontrado con el principal escollo: la restauración. «La parte más importante ha concluido, darle estabilidad a la casa, porque había muros y techos apuntalados y casi un tercio de las tejas nos la encontramos rotas», subraya el escritor, que lamenta que contratiempos como la pandemia o la subida de los precios de la construcción hayan aumentado más el presupuesto. Pero sobre todo, insiste, la fundación «está sola» en esta ambiciosa empresa: convertir esta casa popular del siglo XVI en un centro de referencia en torno a la vida de Velázquez, pero también de la Sevilla del siglo XVII.
El Ayuntamiento confirma por su parte estar «abierto» a colaborar con esta iniciativa privada (en mayo de 2022 el Pleno municipal la respaldó), a sentarse con sus impulsores y apoyarla en la medida en la que sea posible, al tiempo que recuerda que hay otros muchos personajes e hitos en los que está trabajando como la Casa Cernuda (pendiente de los presupuestos para su licitación, el aniversario de los hermanos Machado (Sevilla ostenta la presidencia de la Red de Ciudades Machadianas) que tendrá como una de las actividades destacadas una gran exposición en la Fábrica de Artillería o el centenario de la Generación del 27.
Sin plazos ni cifras
Pese a la lluvia de críticas que estos días ha recibido por el estado en el que cualquier viandante puede encontrarse el inmueble, donde cada junio se reúne el Tercio de Olivares para terminar su popular desfile, el presidente de la fundación insiste en su «determinación absoluta» porque salga adelante el proyecto.
Declina hablar de cifras y de fechas a fin de evitar especulaciones -en su día se publicó que estaría para el 2023-, pero asegura que fructificará tarde o temprano porque «no conozco ninguna ciudad europea que tenga a un personaje de esta importancia y que le dé la espalda». Así, destaca que aunque el 4 de la calle Padre Luis María Llop parezca no tener vida, se sigue trabajando en la Casa Natal. «Va a ser bueno para la ciudad y la cultura española», remacha.
