Se dijo de Lola Flores que no siendo ni la artista que mejor cantaba ni la que mejor bailaba, verla actuar era un espectáculo. Y, de hecho, de entre todas las de su generación fue la Faraona la folclórica que cosechó un mayor triunfo de público y de crítica.
Valga lo anterior para intentar explicar el indudable éxito de Isabel Díaz Ayuso. Probablemente ni es la política en activo con mayor bagaje intelectual ni es la que dispone de una mejor oratoria o capacidad dialéctica, pero con toda seguridad es la que llega con más intensidad tanto al corazón como al cerebro de sus potenciales electores. Los datos así lo reflejan pues es la líder del centro derecha que consigue el mayor porcentaje de voto popular.
En mi opinión, el gran apoyo electoral que cosecha la presidenta de la Comunidad de Madrid trae su origen en dos cualidades que complementan y que, siendo cada cual a más relevante por sí sola, al conjugarse determinan que la oferta Ayuso resulte ilusionantemente atractiva para sus electores, así como para aquellos que por razones territoriales no tienen la posibilidad de votarla. Y resulta ilustrativo que, como vamos a comprobar, ambas estén significativa e indisolublemente unidas con la libertad.
La primera gran cualidad de Ayuso se concreta en su acción de Gobierno, en cuya gestión económica prevalecen como en la de ninguna otra comunidad autónoma los principios liberales. Por ello, los madrileños disfrutamos de la tarifa autonómica del IRPF menos exigente en toda España, somos a los que menos se nos exige en los impuestos cedidos como el ITP o el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones y los únicos que no hemos de afrontar el pago de tributos autonómicos propios.
Para sorpresa de la izquierda política, esta fiscalidad inteligente no ha provocado que el déficit público esté disparado en la Comunidad de Madrid. Al contrario, el descuadre entre gastos e ingresos del Gobierno de Díaz Ayuso (0,74% del PIB regional) se encuentra en un lugar intermedio en el ránking autonómico y es considerablemente menor que el existente en las otras Comunidades de elevada población como son Andalucía (1,13% sobre su PIB), Cataluña (1,31%) y especialmente Valencia (2,45%).
«Madrid es, entre todas las comunidades autónomas, una de las cuatro menos endeudadas»
Relacionado con lo anterior sucede que la de Madrid es, entre todas las comunidades autónomas, una de las cuatro menos endeudadas siendo su deuda autonómica (12,60% sobre el PIB) claramente inferior a las que tienen Andalucía (19,30%), Cataluña (31,10%) o Valencia (41,50%). Medida per cápita, también es significativamente menor la deuda autonómica que corresponde a cada madrileño (5.123 euros) que las respectivamente correspondientes a cada valenciano (10.902 euros) o a cada catalán (10.720 euros).
Para enfado de nuestros políticos izquierdosos, esta buena administración de las cuentas públicas existente en la Comunidad de Madrid no se traduce en una merma de la cantidad y de la calidad de los servicios públicos recibidos por los madrileños sino todo lo contrario. De referirnos a la educación encontramos que, según los datos por comunidades del último informe PISA, los alumnos de Madrid obtuvieron la tercera mejor valoración en lectura y la cuarta en Matemáticas y en Ciencias.
Si nos referimos a la sanidad observamos que, de acuerdo con los datos oficiales del Ministerio de Sanidad, Madrid es la comunidad líder de las 17 en ofrecer menor tiempo de espera en el conjunto de operaciones quirúrgicas (61 días), dato ligeramente inferior al de la Comunidad Valenciana (66 días) y ampliamente menor a la demora existente en Andalucía (90 días) y en Cataluña (125 días). Por su parte, en lo que hace al tiempo de espera para consulta, los datos ofrecen una intensa variabilidad según la especialidad médica de que se trate si bien en esta faceta los resultados de la Comunidad de Madrid son más discretos.
La conjunción de los datos de exigencia fiscal y de calidad de los servicios públicos que acabamos de exponer evidencian que la gestión de la comunidad presidida por Díaz Ayuso desnuda empíricamente de plano el mantra de la izquierda política española. No es en absoluto cierto que con mayores ingresos fiscales y mayor gasto público se logren mejores servicios para los ciudadanos, pues la cantidad y la calidad de los suministrados depende en buena medida de la eficacia y la eficiencia con la que se empleen los recursos públicos. Y ocurre que la moderación en la exigencia fiscal a los contribuyentes es el factor que desencadena la necesidad del buen uso en los recursos que les son detraídos. Ahí radica buena parte del éxito económico de la Comunidad de Madrid.
«En Madrid se han reducido las trabas y dificultades existentes en otras regiones para crear y gestionar una empresa»
No obstante, no se agota con lo expuesto las notas que caracterizan la política económica de la Comunidad de Madrid pues existen más elementos diferenciadores de los que a modo de ejemplo reseñaremos dos. Uno, merced a la libertad de horarios comerciales existente en nuestra comunidad, que además de respetar el derecho de las empresas afectadas a decidir un elemento fundamental de su estrategia, consigue que los madrileños de residencia dispongamos de mayor facilidad que otros españoles para realizar nuestras compras. Por suerte para nosotros, no nos vemos en la tesitura de enfrentarnos a la gincana horaria que se ven obligados a superar los residentes en otras comunidades a la hora de conciliar el horario de su puesto de trabajo con el de apertura de los establecimientos comerciales en los que realizar las adquisiciones que desea adquirir, sean las necesarias para su vida diaria o de cualquier otra naturaleza.
También es destacable que la Comunidad de Madrid es un lugar amigable para la actividad empresarial en el que se han reducido las trabas y dificultades existentes en otras regiones para crear y gestionar una empresa. Suelo ilustrar lo anterior con lo que significa la Ley de Mercado Abierto -aprobada en la legislatura anterior por la Asamblea de Madrid- mediante la cual no se exige a ninguna empresa que quiera operar la reiteración de los trámites administrativos que ya ha realizado ante cualquier otra comunidad autónoma. Sin olvidar que, a diferencia de lo que sucede con otros Gobiernos regionales, en Madrid los empresarios son recibidos y tratados como creadores de empleo y riqueza y no como seres antisociales. Mucho tienen que ver estas cuestiones con el diferencial en las tasas de desempleo que, según el INE, existen en España (12,29%) y en Madrid (9,19%) o con que, según datos del Ministerio de Economía, el 54% de la inversión extranjera que llega a España se concentre en Madrid.
Junto al incuestionable éxito económico que acompaña al Gobierno que preside sucede que, además, Isabel Díaz Ayuso representa un modelo de política que ni participa de las ideas pseudo progres oficializadas en nuestro país ni se deja arrastrar por el discurso socialistoide dominante en los medios políticos. Ella no se amedrenta ni se acompleja ante la presión de las fuerzas de todo tipo -políticas, institucionales, mediáticas- que excomulgan a diario a todo aquel que se atreva a disentir de las proclamas oficiales y oficialistas. Por el contrario, Ayuso defiende cotidianamente y a brazo partido las virtudes de las ideas liberales en las que cree y que aplica en la gestión de su Gobierno.
Es demasiado para los popes de nuestra izquierda. Que una política se atreva a darles la batalla cultural de las ideas teniendo su posición refrendada por los éxitos de su gestión es algo que no pueden soportar. De ahí su ira enfermiza contra Isabel Díaz Ayuso y de ahí el permanente y grosero uso de la maquinaria estatal y mediática contra ella. Aportaré dos ejemplos recientes para ilustrar lo afirmado. Según se está publicando, la Agencia Tributaria, la Fiscalía y la Abogacía del Estado se niegan a alcanzar un pacto con la pareja de Ayuso en el litigio tributario que se dirime. Puedo aportar un dato relevante al respecto y es que nunca he conocido, ni en mi periplo como directivo del Ministerio de Hacienda ni en mi etapa posterior como asesor fiscal, que las instituciones citadas se negaran al pacto extrajudicial como modo de finalización de un proceso de acusación por delito fiscal. Sería la primera vez. ¿Qué motivaría esta inexplicable excepción? Su relación con Ayuso, no hay más.
«Evidenciar al presidente Milei y a los argentinos que no todos los españoles somos como Sánchez me parece acertado»
El otro ejemplo es también reciente y se refiere a la cacería política y mediática a la que se está sometiendo a la presidenta de la Comunidad de Madrid por haber concedido una condecoración a Milei. Éste es el presidente electo de un país tan importante para España como es Argentina siendo su pecado tener una mala relación con Pedro Sánchez, situación iniciada y provocada por este último. En efecto, fue el Gobierno español el que desairó a Milei y a todos los argentinos al ausentarse de su toma de posesión y fue el mismo Gobierno español el que, por boca del ministro Puente, insultó gravemente al presidente de Argentina.
A partir de ahí, la relación entre los dos mandatarios y entre los gobiernos que ambos presiden está efectivamente tocada, circunstancia que en nada obliga a que una presidenta de comunidad, Isabel Díaz Ayuso, deba participar en la guerra irresponsablemente iniciada por Pedro Sánchez. Por el contrario, evidenciar al presidente Milei y al conjunto de los argentinos que no todos los españoles somos como Sánchez y sus ministros me parece acertado. Y demostrar a los españoles y al mundo que en España existen dirigentes políticos ajenos al sectarismo político que caracteriza a Sánchez y a su Gobierno me parece un acierto.
A mayor abundamiento, la condecoración a Milei se enmarca en la habitual práctica diplomática aplicada en los países democráticos y desarrollados para recibir a un nuevo mandatario recién elegido por las urnas. Veamos si no la invitación que recibió Milei por parte de la primera ministra italiana para asistir a la reunión del G-7 recientemente celebrada en Italia donde ella y los demás miembros del citado grupo le recibieron más que amistosamente. O el posterior encuentro que tuvo en Alemania con el canciller alemán. En esto también ha logrado Sánchez que el Gobierno español sea una excepción, y de nuevo una malhadada excepción. Afortunadamente, Díaz Ayuso no forma parte de la excepcionalidad sanchista.