Tras dos largos meses de incertidumbre, el Parlament de Catalunya se prepara para celebrar una sesión de investidura inédita en agosto. El candidato socialista y primer secretario del PSC, Salvador Illa, tiene previsto comunicar en las próximas horas al presidente de la cámara, Josep Rull, que ya tiene los 68 votos necesarios para alcanzar la mayoría absoluta (42 del PSC, 20 de ERC y 6 de los comunes), cifrada precisamente en 68 escaños. La sesión podría fijarse a partir del próximo miércoles. Los socialistas catalanes, que han mantenido un silencio absoluto durante la negociación, tienen previsto celebrar este sábado una ejecutiva y escenificar por la tarde en un acto en la biblioteca en Cornellà (Barcelona) el acuerdo con los comunes.
El calendario que maneja Rull, según fuentes parlamentarias, es convocar la Diputación permanente que, posiblemente el martes, convocará la sesión. Salvo sorpresas de última hora, Illa dispone de los votos suficientes para ser elegido por mayoría absoluta y, por tanto, no necesitaría una segunda vuelta para ser elegido con más síes que noes. La gran incógnita es cómo pueden impactar en ese debate tanto las dudas de la diputada Mar Besses, de las Joventuts de ERC (JERC), que deben dilucidar este fin de semana su voto, así como el regreso a Cataluña de Carles Puigdemont. El expresident ratificó en un mitin en Francia —donde aseguró: “Estaré le pese a quien le pese”— que acudiría de forma presencial aun a riesgo de ser detenido o encarcelado. La hipótesis que cobra fuerza es que Rull suspenda la sesión en el caso de que Puigdemont sea arrestado.
Con la decisión de la militancia de ERC, el PSC se dispone a recuperar el Govern por primera vez desde 2010, cuando fue desplazado por CiU. Conscientes de que la negociación era compleja, el PSC ha optado por una discreción total para darle tiempo a ERC y no alterar el ánimo de la militancia. La dirección de los republicanos no han ocultado que los socialistas generan aún una enorme desconfianza entre las bases de su partido, al reprocharles constantes incumplimientos y en particular hay recelo hacia Illa por el papel que desempeñó durante la aplicación del artículo 155 en 2017. La ejecutiva de ERC y PSC hicieron la misma lectura: el socialista ha evitado cualquier exposición pública y ni siquiera su nombre apareció en la pregunta a las bases. “Era un silencio acordado. Estábamos de campaña y nos tocaba a nosotros salir”, quiso agradecer Marta Rovira, secretaria general de ERC.
Tras haber ganado las elecciones del 12-M, el PSC logra ahora con la probable conquista del Govern la cuadratura del círculo y, como suelen bromear en las filas socialistas, conseguir el tres en línea: un presidente del Gobierno socialista, un president del PSC y un alcalde de Barcelona del mismo partido. Los socialistas, de hecho, han encadenado cinco victorias en cinco elecciones consecutivas en Cataluña: las autonómicas de 2021; las municipales y las generales de 2023; las autonómicas de 2024 y, por último, las europeas. Pero, con 42 escaños sobre 135 y muy lejos, por tanto, de la mayoría absoluta, Illa ha tenido que pactar y ceder ante ERC y los comunes. El secretario general socialista nunca quiso, por ejemplo, un modelo de financiación propio inspirado en el concierto económico como el pactado ahora con Esquerra. Ni tampoco, por ejemplo, ceder en las políticas de vivienda, como han reclamado los comunes, o el aumento en los impuestos del juego para frenar el megacasino del Hard Rock.
Illa ha dicho en alguna ocasión que su voluntad es formar un Govern en el que se incluyan consejeros independientes. La gran duda es si los comunes se integrarán o no en ese gabinete. No es su prioridad, pero la coalición de izquierdas no desdeña esa posibilidad. David Cid, portavoz parlamentario del partido izquierdista, ha afirmado que todo dependerá del grado de cumplimiento del acuerdo. “Tenemos muchos retos de ecología, sanidad y educación. Nos preocupan los contenidos y no las sillas. Veremos cómo reconstruimos la confianza con el PSC. Somos imprescindibles. Necesitan 68 votos”, ha dicho Cid en TV3. Frente a esta postura, Junts y el PP han salido en tromba para criticar el acuerdo. “Se dividió a la mitad de la CUP, a la mitad de Junts, se divide hoy ERC y se divide el PSOE en toda España, pero ellos dale que te pego que están uniendo”, ha dicho en la red social X Alejandro Fernández, presidente del PP catalán.
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