María Jesús Montero, secretaria general del PSOE-A, se ha referido a José Luis Rodríguez Zapatero como «uno de los referentes más importantes que ha tenido españa. Zapatero, el presidente de la igualdad, de los derechos, el que puso a España a la vanguardia del reconocimiento». Y el expresidente del Gobierno, que ha intervenido este sábado en la primera jornada del decimoquinto congreso regional de los socialistas andaluces, ha extendido ese reconocimiento a antiguos líderes que están en la cuerda floja al no haber sido absueltos en los ERE: Manuel Chaves y José Antonio Griñán.
Rodríguez Zapatero ha aprovechado que mañana se vaya a nombrar al expresidente andaluz Rafael Escuredo como presidente de honor del partido para decir que es un reconocimiento justo, pero no el único que debe hacerse. En la lista también deben incluirse a los dos citados expresidentes andaluces.
«Por eso, porque hay que hacer un reconocimiento, mando un abrazo muy fuerte a Manuel Chaves», ha dicho, dirigiéndose directamente a él, que estaba en la Feria de Muestras de Armilla (Granada), sede del congreso, pero también se lo ha enviado a José Antonio Griñán, que no ha acudido a la cita.
«Hoy sabemos lo que sabíamos sobre ellos: que son personas decentes y honestas, y así lo reconocemos y proclamamos», ha significado, para añadir a ese listado a la otra expresidenta andaluza que ha acudido al cónclave, Susana Díaz. «Un beso muy fuerte y gracias por tu tarea».
El discurso de Zapatero ha tenido una vertiente andaluza y otra nacional. Por un lado, ha vaticinado que este congreso «marcará una época de victorias para el PSOE en Andalucía», una tierra a la que el PSOE «le debe todo y a la que nunca podrá agradecer lo suficiente, a esas andaluzas, sobre todo, y también a esos andaluces, que han creído en este partido».
Críticas a PP y a Vox
Pero por supuesto no ha desperdiciado la oportunidad de criticar al PP y a su líder en España, Alberto Núñez Feijóo, al que de entrada ha pedido que «se aclare» y decida si está «con Vox, que apoya a la ultraderecha alemana y a una alianza que sin duda será derrotada por la historia, o si por el contrario apoya su compromiso con el europeísmo, con el estado de derecho, con una paz justa, con la defensa de Ucrania. Y eso implica apoyar a nuestro presidente, Pedro Sánchez, en defensa del agredido. Porque el líder de la oposición se debe al país».
Zapatero ha restado mérito a su presencia en Granada para apoyar a Montero. «Estoy siempre con mi partido, porque trabajar para el PSOE es lo que aprendí: que hay que arrimar el hombro siempre. ¿Cómo no voy a estar dispuesto a arrimar el hombro, si el PSOE es lo mejor que le ha ocurrido a la política española?», ha preguntado.
El resto de su discurso ha ido en la línea de lo que ha venido defendiendo no sólo cuando era presidente sino también después: lucha por la igualdad, defensa «de quienes legítimamente quieren cambiar de sexo» y de las clases menos favorecidas. Sobre eso último, ha afirmado que «ojalá todos los debates sean como el de si las personas a las que han subido el SMI deben o no pagar el IRPF».
Ha alabado el «gran momento económico» que atraviesa España, que le permite «crear empleo, ser energéticamente competitivos y, con seguridad, en el futuro también lograr los mejores salarios posibles. Si este gobierno es capaz de dar respuesta al peor problema que tenemos, el de la vivienda, será un gobierno de matrícula de honor», ha sentenciado.
Ha vaticinado que la historia «no la construirá Elon Musk, porque a ninguna Inteligencia Artificial se le pone la piel de gallina ni es sensible, mientras que los trabajadores sí lo son: sienten, luchan y ganan». Y sobre María Jesús Montero, para finalizar, ha incidido en que es «ejemplo de lealtad a sus ideas, a su trayectoria, a su vida, a su partido y a Andalucía».