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La llegada de un bebé al mundo es un momento lleno de emociones y sorpresas, y uno de los fenómenos más intrigantes en el ámbito del parto es el llamado parto velado.
Este término se refiere a una situación poco común que despierta la curiosidad de muchos. Recientemente, la influencer Mery Turiel vivió de forma muy personal este tipo de nacimiento con su primer bebé, lo que ha generado un renovado interés sobre qué implica realmente nacer con la bolsa amniótica intacta.
¿Qué es el parto velado?
El parto velado, también conocido como nacer con la bolsa amniótica intacta, es un fenómeno extremadamente raro que ocurre en aproximadamente 1 de cada 80,000 nacimientos.
Este acontecimiento extraordinario se caracteriza porque el bebé nace rodeado de líquido amniótico y con la bolsa que lo envuelve aún sin romper. A estos niños se les denomina a menudo enmantillados o con manto, y el suceso es objeto de curiosidad.
El caso de Mery Turiel
La influencer española Mery Turiel, con un millón de seguidores en Instagram, anunció la llegada de su primer bebé a través de una emotiva publicación en la que reveló que su hijo nació por parto velado, es decir, con la bolsa amniótica intacta.
Turiel expresó su gratitud hacia su cuerpo por el proceso del embarazo y compartió su experiencia de cambios físicos y emocionales.
Antes del parto, había publicado su última foto como embarazada, anticipando la llegada del bebé. Aunque se desconoce la identidad del padre, se sabe que es una persona ajena a las redes sociales, de origen portugués y residente en Ámsterdam.
Mery ha abordado esta nueva etapa con ilusión y miedo, asegurando que está lista para la maternidad mientras mantiene su vida privada en reserva.
¿Qué función tiene la bolsa amniótica?
La bolsa amniótica, también llamada saco de aguas, es una fina membrana que contiene el líquido que rodea al feto durante el embarazo.
Su función principal es proteger al bebé, amortiguando los golpes y previniendo lesiones. También permite que el feto se mueva libremente, lo que favorece su desarrollo musculoesquelético, y actúa como una barrera contra microorganismos y gérmenes que podrían causar infecciones.
Durante el proceso del parto, es común que esta membrana se rompa, lo que se conoce como romper aguas. Esta ruptura suele ser un signo indoloro que indica el inicio del trabajo de parto. Sin embargo, en raras ocasiones, la bolsa no se rompe, y el bebé nace rodeado de líquido amniótico.
¿Cómo ocurre esto?
La ruptura de la bolsa amniótica es generalmente el resultado de las contracciones durante el trabajo de parto, que pueden rasgar la membrana con facilidad.
No obstante, en casos excepcionales, la bolsa permanece intacta hasta el momento del nacimiento. Según el doctor Manuel Fillol, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de La Plana, esta situación es anecdótica y no tiene impacto en la salud del bebé.
En el momento del nacimiento, la bolsa amniótica debe ser rota para que el bebé realice su primera respiración y expulse cualquier líquido amniótico que pudiera estar presente en su sistema respiratorio.
Este parto también puede ocurrir en cesáreas, aunque es menos frecuente, ya que la bolsa suele romperse inmediatamente durante el procedimiento.
En partos medicalizados, es común que se rompa la bolsa amniótica de manera artificial si no se ha roto de forma natural, especialmente si el proceso de dilatación se detiene.
El caso contrario: ruptura precoz de la bolsa
En algunas ocasiones, la bolsa amniótica puede romperse antes de la fecha estimada de parto, lo que puede resultar en un goteo continuo.
En tales casos, es crucial acudir al hospital, ya que existe un riesgo elevado de infección. A veces, esto puede llevar a un parto prematuro, y las mujeres pueden requerir atención médica para evitar complicaciones.
