Que la Casa Real británica está sumida en un auténtico caos es una realidad. A la baja por enfermedad del rey Carlos III y de Kate Middleton, se ha sumado el «cansancio extremo» de la reina consorte Camila y la notable ausencia del príncipe Guillermo. Actualmente, es el hijo mayor del rey de Inglaterra quien tiene que hacer las veces de representante de la corona pero que compagina con el cuidado de su mujer, que todavía está convaleciente después de su operación abdominal. Además, en todos estos meses, se ha producido un gran problema en la comunicación dentro de la Casa Real, que se puede evidenciar con los dos últimos comunicados. En el primero de ellos se afirmaba que Kate se incorporaría a sus labores en junio. El siguiente, lo negaba.
Todo eso ya lo criticaron en su momento Harry y Meghan Markle. A día de hoy, tan solo sabemos que la recuperación de la princesa de Gales se está desarrollando cómo estaba previsto. Y, también, que se incorporará a sus deberes a partir de Semana Santa. En un principio, parece ser que se dio a entender que la heredera al trono volvería a sus funciones justo después de las vacaciones de Pascua, pero esto no será del todo así. O al menos lo que han afirmado desde el Ministerio de Defensa, que confirmó que Kate sería una de las protagonistas del desfile Trooping the Colour el 8 de junio. Luego, la Casa Real desmintió que esa sería la fecha de incorporación de la mujer a sus labores.
El controvertido testimonio de Harry y Meghan sobre su paso por la Casa Real británica
Lo cierto es que, cuando rompieron su relación con la Casa Real británica, Harry y Meghan decidieron poner tierra de por medio y se mudaron hasta Estados Unidos. Fue en el país americano donde los duques de Sussex comenzaron a dar entrevistas para contar su testimonio, para hablar de cómo habían vivido esos años en Buckingham Palace y donde fueron muy críticos, sobre todo por la forma de comunicación de la Familia Real. Su entrevista con Oprah Winfrey se convirtió, según la opinión de la prensa, en «la más esperada». Y ninguno de los defraudaron.
Meghan que fue la primera que se sentó junto a la histórica presentadora admitió que habían sido unos años muy duros para ella, en los que se había planteado dejar de vivir. «Fue un pensamiento constante, real y aterrador», señaló la actriz. También, Meghan admitió que, en algún momento, desde la Familia Real dudaron sobre el color de piel de su hijo y si esto podría llegar a afectar la Corona. «En su momento, fue raro, me quedé un poco impactado», argumentó Harry. De la misma forma, el Duque confirmó que la relación con su padre era más tensa que nunca y que, cuando decidió marcharse de Inglaterra, este le dejó de atender al teléfono.
«Hay mucho que trabajar -en esa relación-», señaló. «Me siento realmente decepcionado, porque él -el príncipe Carlos- ha pasado por algo similar, sabe lo que es el dolor… y Archie es su nieto», apostilló Harry. También, Oprah se interesó sobre la relación entre la pareja y el príncipe Guillermo y Kate Middleton. Meghan admitió que había llorado, el día de su boda, por culpa de su cuñada, aunque la definió como una «buena persona». El problema de comunicación más grande que vivieron estuvo relacionado con las críticas de los medios de comunicación y de los ciudadanos a la actitud de Harry y Meghan.
La Casa Real se mantuvo en todo momento al margen, sin defender, ni por asomo, a los duques de Sussex, algo que fue realmente doloroso para ellos. «Acabé entendiendo que no solo no iba a ser protegida, sino que estaban dispuestos a mentir para proteger a otros miembros de la familia», dio a entender la actriz. Y, además, explicó que «no estaban dispuestos a decir la verdad» para protegerle a ella o a su familia. La entrevista de los duques de Sussex cayó con un jarro de agua fría a la Familia Real británica y lo cierto es que estas no fueron sus últimas palabras sobre su relación.
El caos de comunicación del que fueron conscientes Harry y Meghan
Fue hace más de un año cuando estrenaron su propio documental en Netflix, en el que también hablaron de la infinidad de problemas que vivieron dentro de la Casa Real. El largometraje, que lo han visto más de 90 millones de personas, explica que los inconvenientes comenzaron cuando ambos decidieron abandonar Inglaterra y abandonar sus deberes en la corona británica. Algo que parece ser que no fue bien visto ni aceptado por nadie. Así, en el documental, Harry admite que las guerras internas de palacio le dejaron con el «corazón destrozado» y que, en todo esto, hubo, también, una guerra de comunicación. Esta comenzó cuando Harry hizo un acuerdo con su hermano Guillermo para que el servicio de prensa no publicara noticias contra él.
Algo que, según su testimonio, Guillermo no cumplió. Tampoco Harry entendió la actitud de su abuela, quien mantuvo un silencio público cuando se comenzó a retirar todos los beneficios, así como los títulos que había obtenido el Duque en todos estos años. «Tienes que entender eso desde la perspectiva de una familia, especialmente desde la de ella -la reina-. Hay formas de hacer las cosas y el objetivo/responsabilidad de su misión final es la institución», pensó Harry. Además, tanto Harry como su mujer confirmaron que estaban seguros que había sido el Palacio el que había filtrado varias noticias a los tabloides ingleses para «plantar» historias negativas. «Quedó claro que la institución había filtrado el hecho de que íbamos a regresar a Canadá», contó Harry.
Además, afirmó: «La pieza clave de esta historia, que me hizo darme cuenta de que el contenido de esa carta entre mi padre y yo se había filtrado, fue que estábamos dispuestos a renunciar a nuestros títulos de Sussex. Ese fue el regalo». En todo este tiempo, tanto Harry como Meghan han emprendido acciones legales contra distintos periódicos como Daily Mail, The Sun y News of World. «Preferiría ser destruido en la prensa que seguirle la corriente a este juego o este negocio del comercio. Ver a la oficina de mi hermano involucrarse en lo mismo que dijimos que nunca haríamos… fue desgarrador», acabó admitiendo Harry.
Sí que es cierto que, actualmente, tanto Guillermo como Kate están muy protegidos por la Casa Real. Es por eso que desde el palacio de Buckingham han querido blindar su vida privada y la situación sobre su salud. Aún así, llama poderosamente la atención que fuera el Ministerio de Defensa el que confirmara la vuelta de Catalina a sus labores, fechándola en un día concreto y que, más tarde, fuera la propia Casa Real la que negara este extremo. Una gran confusión que se une a la provocada por los escasos comunicados que han emitido desde que se supiera la operación de Kate y la enfermedad de Carlos III.
