La Guardia Urbana de Barcelona ha desalojado, la mañana de este jueves y por orden judicial, el edificio ocupado de la Tancada Migrant. En el inmueble, situado en la plaza de la Gardunya, justo detrás del mercado de la Boqueria y de propiedad municipal, llevaban seis años ocupado. En su interior, vivían 36 hombres y una mujer que no habían conseguido regularizar su situación en España. La exalcaldesa de la ciudad, Ada Colau, durante su mandato dio apoyo al colectivo, que hoy ha sido desalojado tras una denuncia del Gobierno de PSC. El operativo se ha saldado sin incidentes destacables aunque dos personas han sido detenidas, a otra se le ha abierto diligencias y otras cinco han sido requeridas por la Policía Nacional por tener órdenes de expulsión. El Ayuntamiento de Barcelona ha informado que los 37 identificados suman 149 antecedentes policiales. Frente al cordón policial se ha desplazado una docena de activistas del Raval protestando contra un desalojo que ya se intentó realizar el pasado noviembre.
Hamza tiene 29 años y nació en Marruecos. Hace un año y seis meses que emprendió el camino de la emigración a Europa. Acabó en Barcelona y primero durmió cerca de la fuente mágica de Montjuïc. “Hace ocho meses que vine a la Tancada”, informa. Dentro de este edificio se diseñó una habitación con maderas y cartones y sobrevive gracias a que tiene un teléfono móvil, una bicicleta y una bolsa de Glovo con la que reparte comida a domicilio. De hecho, muchos de los desalojados del inmueble salen con bolsas de riders. “Esta mañana nos han despertado gritando y nos han dicho que teníamos que abandonar el edificio”, lamenta. Uno a uno han ido abandonando la que hasta ahora esa su casa. “Esta noche no sé qué va a ser de nosotros”, ha concluido.
La ocupación de este espacio, que antes era parte de la antigua Escola Massana, se produjo en 2018. Entonces, sirvió para acoger a migrantes sin papeles, pero, sobre todo, para reivindicar reformas en la Ley de Extranjería que hiciesen mucho más fácil la regularización de estas personas. Fue tal el impulso de la protesta que la alcaldesa Ada Colau acudió a la casa ocupada para mostrar su apoyo a la iniciativa. No fue la única. El president de la Generalitat de Junts, Quim Torra, también visitó el espacio dando apoyo a los migrantes.
El tiempo pasó y lo que fue apoyo se convirtió en todo lo contrario. En los últimos meses, la Guardia Urbana registró centenares de incidentes -peleas, robos…- tanto dentro como en las inmediaciones de La Tancada. Con la llegada a la alcaldía de Jaume Collboni se iniciaron los trámites para desalojar el edificio y otro inmueble ocupado en la plaza, en lo que era otro espacio de la Massana. El Ayuntamiento argumentó que el espacio no cumplía las condiciones de salubridad y seguridad y reclamó judicialmente el desalojo al Juzgado contencioso Administrativo número 11.
Sobre las siete de la mañana de este jueves, el operativo liderado por la unidad antidisturbios del cuerpo policial municipal – la Unidad de Refuerzo de Emergencias y Proximidad (UREP)- junto con los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional, con competencias en extranjería, han ido desalojando el inmueble que ha quedado vacío cerca de las 10.00. Este mismo jueves se tapiará el espacio de titularidad municipal.
Max Carbonell, portavoz del Sindicato de Vivienda del Raval, ha denunciado junto al cordón policial: “Es una actuación del Ayuntamiento que es totalmente racista y sociópata. Es gravísimo dejar a personas vulnerables en la calle”. Carbonell ha cargado contra el equipo de gobierno de Jaume Collboni: “Albert Batlle ha criminalizado la Tancada por incidentes externos y lo ha aprovechado para promover el desalojo. Están poniendo la alfombra roja a fondos buitre mientras que expulsan a la clase trabajadora”.
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Lily es de Nigeria. Entró en la Tancada en abril de 2018. Desde entonces vive y trabaja allí, ya que vende telas y artesanías de su país en un espacio contiguo. “He cogido todo lo que he podido y no sé donde dormiré hoy”, se ha limitado a señalar tras ser obligada a abandonar el lugar. Hoy podrá guardas sus pertenencias en las nuevas instalaciones del Gimnasio de Sant Pau. Mañana no sabe que será de su vida.