Entrevistar a Antonio de la Torre (Mlaga, 1968) es una aventura. Estamos charlando un rato de lo humano y de lo divino antes de empezar con lo que nos ha juntado —Tratamos demasiado bien a las mujeres, la comedia de maquis y tiros de Clara Bilbao, entre Cuerda y Tarantino, que ya est en cines— cuando suelta un inesperado «esto ya lo puedes grabar» y el guin que llevabas en la cabeza salta por los aires. Al actor con ms nominaciones en la historia de los Goya (14 y sumando) no se le entrevista, se le intenta seguir.
- Qu es lo que puedo grabar?
- Que me aburre el signo de los tiempos. Vivimos una poca en la que hay que posicionarse con todo y todo el rato. Desde hace ya unos aos tengo la sensacin de que estoy en un bando o estoy en otro sin que yo sea siquiera consciente de que existen esos bandos. En todo hay que tomar partido o eres un mierda. Cuando el conflicto de Catalua, alguien me dijo: «Eres un equidistonto» [risas]. Me hizo gracia, la verdad. Hay gente muy hija de puta pero con talento. Me acuerdo de otro que tambin me hizo rer: «Cuenta la leyenda que antes se haca cine espaol y no sala Antonio de la Torre». Me he desviado del tema, me suele pasar.
- Lo asumo.
- El caso es que me provoca inquietud esa necesidad de tomar partido y alentar un conflicto pblico que luego no es tal, porque me consta que en las relaciones personales no hay esa tensin. Los polticos se matan en pblico y luego se llevan mucho mejor de lo que muestran. Se lo toman como un juego y no lo es. Yo soy actor y puedo hacer de malote en una pelcula, pero ellos no pueden fingir as en el Congreso porque lo que transmiten crea un mal clima real. No s, yo no soy nadie y an as mido las consecuencias de lo que digo cuando me ponen la alcachofa delante. Hay que hacer un ejercicio de responsabilidad, que no de autocensura. Me permites que te cuente la ancdota de cundo entend lo que es la autocensura?
- Adelante
- An era periodista y trabajaba en Deportes en Canal Sur, cuando en el palco de un partido apareci un alto cargo de la Junta de Andaluca y el realizador empez a hacer bromas diciendo: «Qu? Le sacamos o no le sacamos?». Se rea pero debajo de esa broma lo que haba era un «no hay cojones, hay que sacarle s o s aunque no interese una mierda». Desde ese momento he tenido muy claro lo que es la autocensura.
- Pero t te has autocensurado poco.
- Qu va. Seguro que me he autocensurado mucho ms de lo que yo mismo creo. Esa es la autocensura realmente poderosa, de la que uno no es consciente. Siempre hay temas silentes en este pas, por ejemplo la Monarqua ha sido el caso ms evidente durante 40 aos. Ahora vemos un avance, pero su lugar lo han ocupado otros. Son temas tab, los asumimos y ni nos planteamos cuestionarlos.
- En qu temas piensas?
- El tema ms incuestionable es el propio sistema. No hay quin lo toque, no hay cojones. Este sistema capitalista est perfectamente instaurado y atado por los Amancio Ortega y los Florentino Prez de la vida. Siempre se seala a los mismos y hay muchos ms, pero valen como ejemplo. El poder no se cuestiona, este es el sistema y punto. No s, me provoca mucha reflexin. Una seora viene a limpiar a mi casa y cuando la veo currar s que, en el fondo y a un nivel ms domstico, soy un seorito que tambin ha comprado este sistema. Somos eslabones de una cadena de poder.
- Por eso te metiste en poltica? Estuviste en las listas de Sumar de las pasadas elecciones.
- Me lo ofrecieron y me pareca que era un momento muy delicado. La posibilidad de que Santiago Abascal fuera vicepresidente del Gobierno era y es aterradora. Honestamente, esto fue lo que me movi a aceptar. Pero saba que, aunque est al tanto de la actualidad y haya sido periodista, la nica aportacin que poda hacer en ese momento de mi vida era publicitaria. Hizo un poquito de ruido y esa fue mi contribucin, aunque luego uno no sabe si suma o resta votos, pero quera dar mi apoyo. Fue un acto medido y simblico y no intervine en mtines porque me pareca frvolo. La poltica es algo serio y exige preparacin.
- Tengo la sensacin de que, pese a haberte posicionado abiertamente a la izquierda, no despiertas tanta antipata en la derecha como otros actores como, por ejemplo, Javier Bardem.
- Porque soy menos importante [risas].
- Te atacan mucho?
- No creo. Para empezar, intento no odiar a nadie. Hice un papel que me result muy inspirador que fue el de Pepe Mujica [ex presidente de Uruguay] en La noche de los 12 aos. Aprend cosas increbles de l porque estuvo 12 aos sometido a torturas, lo volvieron loco, form parte de un comando guerrillero… Hizo un viaje desde la violencia hacia la paz y otro de la locura a la cordura y ambos fueron casi al unsono. Me parece muy inspirador porque yo no quiero odiar a nadie. Cuando digo que me parece terrible que Abascal sea vicepresidente no quiere decir que yo odie a ese seor o a los votantes de Vox. Creo que su manera de entender el mundo no hace que ste sea mejor y que les falta empata, pero no odio a quien piensa diferente a m, en absoluto.
- Cmo viste la polmica con que Vox fuera a los Goya?
- Bueno, luego se ha ido normalizando. Tampoco somos tan importantes los del cine como ellos quieren hacer creer. El consejero de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y Len haba puesto a parir al cine espaol y luego se tuvo que comer la gala con patatas. Ese puntito de justicia potica me divierte, pero si algo me ha enseado esta vida es a aceptar la contradiccin. Esto me lleva un poco a estos terrenos de «joder, cmo os gusta el jamn a los rojos». Coo, es que yo soy de izquierda, pero no soy imbcil. Yo no tengo nada en contra de la riqueza, mi problema es la pobreza.
- Estamos hablando mientras la Ley de Amnista acapara el debate. Cul es tu opinin?
- Me parece necesaria. Para empezar, hay que recordar que la amnista va a beneficiar tambin a muchos policas que, en el desempeo de su oficio y por defender el orden y la legalidad, se vieron envueltos en disturbios. De esto se habla muy poco porque todo el mundo anda con Puigdemont. Me parece que es darle un cauce poltico a algo que siempre lo debi tener. Con todo, siempre he dicho una cosa y quiero recordarla: no son presos polticos, son polticos presos que desafiaron al Estado y saban lo que hacan. El tema es muy polidrico. Creo que es una medida positiva y vital para la convivencia, pero siendo malagueo y viviendo en Sevilla imagnate las ganas que tengo de que Catalua se independice…
- Ninguna, sospecho.
- En efecto: cero. Pero vuelvo a lo de antes, intento entender al otro. Pese a lo que he dicho de Abascal, me tomara maana un caf con l encantado. La convivencia es esencial, es en lo que creo, yo puedo y debo convivir con toda la gente que vota a Vox aunque no s si ellos piensan que pueden y deben convivir conmigo. Esto es lo que me preocupa y me pasa igual con la amnista: puede no encantarme, pero creo que mejora la convivencia porque hubo una fractura en Catalua que deba recomponerse. Junts se haba echado al monte y con esto vuelve a entrar en la poltica nacional, vamos a ver si ya se aprueban los presupuestos… No siento una especial simpata por Pedro Snchez, no le considero un dirigente de izquierdas ni una persona con grandeza ideolgica e intelectual, pero evidentemente su capacidad de supervivencia poltica es digna de estudio. Eso s, un gran poltico es otra cosa, es alguien que cambia el mundo y lo hace el mundo mejor. No veo a Snchez en eso… En fin, todo esto me lleva a otro tema.
- He decidido dejarte fluir, qu tema?
- El PSOE slo es de izquierdas cuando le conviene y lo necesita. En la legislatura pasada las grandes decisiones de izquierda las tomaba Podemos, pero como somos tan puristas y empezamos con el «yo soy ms de izquierdas que t» al final acabamos siempre peleados. Quiz es que me hago mayor, pero me cuesta ver la vida en bandos y tengo amistades personales muy estrechas con gente del Partido Popular. Yo no estoy en ninguna trinchera. En fin, que me he perdido…
- Resulta que estrenas peli. ‘Tratamos demasiado bien a las mujeres’, est el ambiente para que algn iluminado se tome el ttulo en serio…
- Cuando me lleg el guin pens que no poda hacer esta peli, me entraron sudores fros al imaginar la promocin y lo difcil que iba a ser no meterse en un jardn con el primer periodista que me quisiera pillar en un renuncio, y t sabes que cierto periodismo es as. El ttulo se entiende cuando ves la pelcula, pero ol la valenta de Clara Bilbao, la directora, para hacer la peli en estos tiempos donde todo se toma al pie de la letra.
- Bilbao debuta en la direccin con 53 aos y tres Goya como diseadora de vestuario. Hace 10 aos viste un corto suyo y te fascin, pero ha tenido que remar mucho para llegar al largo. Pese al boom de directoras que vivimos, les sigue costando ms tener la oportunidad.
- Es muy buen momento, y ya era hora, para la mujer tanto porque han roto ese techo de cristal como a nivel de ayudas por el hecho de ser mujer. No s qu decirte de si le ha costado ms por ser mujer porque desconozco los detalles. El talento era obvio, pero en esta profesin a veces pasa. Yo tambin hice un camino largo, imagina la de mierdas que me tuve que comer para ser actor que tuve que ser hasta periodista [risas].
- Periodista, poltico y actor. Vas provocando.
- Todos somos Koldo. Poco me dicen.
- Cmo vives desde dentro las denuncias de abuso y acoso hacia las mujeres en la industria del cine?
- Cualquier silencio es cmplice. Decir que la mujer, estructuralmente, ha estado en inferioridad en todos los estamentos y en todas las profesiones es una obviedad. En el cine, tambin. Mi madre fue un ama de casa casi analfabeta a la que nadie le dio ni siquiera la oportunidad de plantearse ser otra cosa, he vivido esa realidad para la mujer y el cambio ha tardado mucho ms de lo debido, pero est dndose. Es hermoso que hombres y mujeres nos veamos y nos abracemos como seres iguales y que esto sea una piedra ms para un mundo mejor. Poco a poco nos encaminamos hacia eso. Estoy convencido.
- Qu planes tienes ahora?
- Ir a recoger a mi hijo al cole, el resto se ir viendo. Se te ha quedado algo en el tintero?
- No sabra decirte.
- Entonces no ser grave.