Ha terminado el drama del verano en Boadilla del Monte y ha comenzado a salir la verdad. Este miércoles, la influencer María Pombo anunció que cambiaba la ubicación de su festival de música, solo diez días antes del gran evento y después de que durante casi dos meses fuera objeto de críticas por su aparente empeño en organizarlo en el Palacio del Infante Don Luis, un edificio del Barroco español protegido como Bien de Interés Cultural. A pesar de la oposición vecinal y de ecologistas, la promotora vinculada a la famosa de 29 años había seguido promocionado el espectáculo a lo grande en redes sociales y varios medios habían informado de que se habían agotado las 7.500 entradas. Horas después de que este miércoles EL PAÍS adelantara la noticia del cambio de ubicación al Recinto Ferial de Boadilla, la famosa compartió con sus 3,2 millones de seguidores los detalles: “La realidad es que con toda la buena intención nos ofrecieron el palacio y nos pareció una idea increíble”, dijo. “Nuestra primera opción fue el Recinto Ferial de Boadilla”.
El Ayuntamiento de Boadilla del Monte, un municipio acomodado al oeste de Madrid y gobernado desde 2019 por Javier Úbeda (PP), reconoce que fueron ellos quienes hicieron la oferta. Un portavoz contesta por escrito a este periódico que la promotora vinculada a Pombo, Wasting Time, se acercó a ellos con la propuesta del festival, el Suave Fest, en el Recinto Ferial. Se trataba de la sexta edición de este evento que reúne a artistas musicales y celebrities de las redes sociales. La edición de 2023 se había celebrado en el recinto ferial de Ifema, en la capital de España. Al ver los responsables municipales de Boadilla que Pombo desconocía la posibilidad del palacio como ubicación, se la ofrecieron “porque es un espacio que nos gusta dar a conocer y promocionar”. Este conjunto histórico de 70.000 metros cuadrados se encuentra junto al casco antiguo. En 2013 comenzaron unos trabajos de restauración que han permitido recuperar el edificio para su uso cultural. Después de la pandemia se han celebrado conciertos, entre otros, del cantante español Raphael y del violinista libanés Ara Malikian. Se trataba de eventos de aforo reducido donde el público estaba sentado. El Ayuntamiento no veía problema en hacer algo grande: un festival.
“Como es obvio y lógico, el Palacio de Boadilla siempre es el plan A para el Ayuntamiento porque es un espacio que nos gusta dar a conocer y promocionar. Es nuestro principal motor turístico y así lo tratamos”, admite el portavoz, que añade que el festival les permitiría aumentar la oferta de ocio para los jóvenes en este municipio de 64.742 vecinos.
Pombo y Wasting Time comenzaron a promocionar el Suave Fest y uno de los grandes atractivos era la ubicación: “La primera fiesta organizada en un palacio”, proclamaban en redes sociales. Sin embargo, cuando corrió la noticia saltó la alarma vecinal. La Asociación de Amigos del Palacio, un grupo local con 22 años de experiencia, puso el grito en el cielo. A ello se unieron Ecologistas en Acción, que advirtió del impacto para la vegetación y fauna del entorno. Los grupos de izquierda en la oposición municipal y autonómica pidieron explicaciones. Y los medios, incluidos los programas del corazón, pusieron el foco en la famosa.
La presión subió cuando la Comunidad de Madrid dio señales de que no respaldaba el proyecto. En última instancia, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso debía dar luz verde a la idea, después del aprobado del Ayuntamiento. La consejera de Economía, Rocío Albert, dijo el 19 de agosto que se estaban estudiando otras ubicaciones para el Suave Fest. A pesar de esto, Pombo no daba su brazo a torcer. “Yo creo que están dándole un bombo porque necesitan algo de lo que hablar. Pero por nuestra parte estamos tranquilos”, le dijo a TeleCinco, según informaron varios medios escritos.
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Durante agosto, los técnicos municipales trabajaron para emitir siete informes sobre el impacto del evento. Uno de los informes, el del área de Patrimonio Histórico, fue el más contundente, al recalcar los riesgos para la estructura del edificio que podrían suponer las vibraciones causadas por la llegada de camiones de gran tonelaje. También recalcaba que los organizadores habían previsto la concentración de hasta cuatro personas por metro cuadrado. El evento preveía la actuación de artistas como el cantante y DJ Juan Magán. Además, del escenario principal, se incluía una zona de food trucks y barra de bebidas.
“¡Haberlo dicho antes!”
A la vista de la polémica, a los trabajadores municipales les sorprendió el empecinamiento del alcalde Úbeda, según una fuente municipal. Durante el mes en que media España estaba de vacaciones, ellos celebraban reuniones telemáticas para coordinarse. “Era literalmente, un capricho del alcalde”, valora esa fuente. Las críticas al alcalde Úbeda comenzaban a correr por el pueblo. Además del impacto en el palacio, a los vecinos les preocupaba el ruido, tráfico y suciedad que podría generar el evento.
Este lunes por la mañana, Pombo y su marido, el empresario Pablo Castellano, se reunieron con responsables municipales y recibieron con desagrado la noticia del informe en contra. Les daban a entender que no se podría organizar. Castellano les reprochó enfadado que les invitaran a cambiar la ubicación, solo diez días antes del evento. “¡Haberlo dicho antes!”, dijo, según fuentes conocedoras. La versión oficial del Ayuntamiento es que el Ayuntamiento no ha dictado “ninguna resolución que haya desestimado la celebración del festival”, y que ha sido la influencer la que tomó la iniciativa para aceptar la ubicación del recinto ferial.
“Nos parece muy legítimo y solo podemos estar agradecidos porque hayan apostado por Boadilla desde el primer momento”, responde por escrito el portavoz del alcalde. “Como es normal, desde que se inició la polémica, se ha trabajado en un plan B con ellos, que era el Recinto Ferial, porque el objetivo fundamental era la celebración del festival, no la ubicación de este”.
Pombo, que ha declinado una entrevista con EL PAÍS, ha dicho en una story de Instagram que esto “ha sido un problema completamente ajeno a nosotros”. En sus declaraciones se la ve a la joven famosa afectada por el revés: “Cada vez que me pasa algo malo, se me complica algo, hay contratiempos y tal, solo pienso, vale, esto me está formando como persona, me está formando como profesional, estoy creciendo profesionalmente, estoy aprendiendo”. Sin embargo, Pombo ha evitado ser crítica con el alcalde y su equipo: “Desde que se levantó la polémica estuvimos hablando con el Ayuntamiento para buscar una opción B y ver si era viable poder volver a la opción uno, que era el recinto ferial. Con lo cual nos han ayudado a que eso se lleve a cabo. Esto toma tiempo y hemos tardado este tiempo en derivaros a la nueva ubicación”.
La famosa ha confesado que “muchos” patrocinadores han decidido retirarse del evento. “Aunque me duela lo entiendo”, ha dicho y ha agradecido a los que se han quedado: “Es muy fácil estar en las buenas pero no tan fácil estar en las malas”. Entre los que han permanecido se encuentran la compañía de accesorios para móvil La Casa de las Carcasas, la marca de whisky Johny Walker y la empresa de cigarrillos electrónicos Blu.
Los críticos han respirado aliviados por el cambio. Ahora piden que el Ayuntamiento cree una comisión de patrimonio para que evalúe una a una las propuestas de eventos en este espacio protegido. “Boadilla necesita una comisión local de patrimonio, como tienen otros municipios madrileños”, dice la diputada de Más Madrid Alicia Torija. “Hace falta una reglamentación para aclarar qué se puede hacer y qué no”.
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