La Policía Nacional ha dado por desarticulado un grupo criminal del que formaban parte menores de edad dedicado a la realización de estafas y fraudes bancarios online en todo el territorio nacional. Lo hacían utilizando colaboradores, conocidos como ‘mulas bancarias’, que se hicieron con sus claves mediante técnicas de phising y realizaban transferencias a sus cuentas bancarias para comprar oro, joyas y dispositivos electrónicos de alta gama.
En la operación han sido detenidos 12 jóvenes menores de 18 años, cuya edad no se ha concretado, en Barcelona, como presuntos autores de un delito de estafa, por un importe superior a 32.000 euros. No obstante, la investigación se inició en Jaén en septiembre de 2023, a raíz de que se detectase que se había producido el acceso a varias cuentas bancarias de clientes de una entidad bancaria, y se habían realizado compras de joyas y lingotes de oro que estaban pendientes de entrega en diferentes direcciones de esa provincia catalana.
Los agentes detectaron la existencia de un grupo organizado de carácter criminal dedicado a la comisión de este tipo de estafas, identificados como autores de al menos 20 hechos delictivos cometidos contra víctimas de todo territorio nacional y elegidas entre clientes de diferentes cajas de ahorros. Según ha informado la Policía Nacional, se ha constatado la participación en la estafa de nueve personas que actuaban como “mulas bancarias”, así como tres cabecillas, encargados de contactar y captar a las mulas, detenidos en Barcelona y en el municipio de Montcada i Reixac.
Este tipo de estafa se conoce en la actualidad en círculos policiales como la “estafa del nini”, una modalidad de engaño que utilizan las organizaciones delictivas dedicadas al fraude online. Los estafadores, según la Policía, captan a sus víctimas entre jóvenes sin estudios ni trabajo para obtener así colaboradores que, a cambio de poco dinero, participan en sus delitos recibiendo transferencias, abriendo cuentas para que la organización pueda servirse de ellas, o bien sacando directamente dinero en cajeros para enviarlo posteriormente a cuentas bancarias en el extranjero o cuentas de criptomonedas.
Con anterioridad a la participación de estas “mulas bancarias”, la organización obtiene el control del móvil de la víctima y de su aplicación de banca online mediante técnicas de phising, haciéndose pasar por una entidad bancaria para engañar a la víctima y lograr que pulse un enlace o entre en una web maliciosa, facilitando así sus claves. Los jóvenes colaboradores suelen ser los primeros en ser detectados en las investigaciones policiales, ya que constan como titulares de las cuentas bancarias o de los números de teléfono móvil a los que va directamente el dinero de la víctima. También suelen ser grabados sacando el dinero en las entidades bancarias o en los cajeros, por ello suelen ser los primeros en ser detenidos.
Desde la Policía se ha informado que estas detenciones, o imputaciones en su caso, van a implicar que tengan antecedentes penales durante varios años, “lo que les impediría numerosas salidas laborales u opositar a distintos organismos, así como el acceso a ayudas u otras gestiones relacionadas con la Administración”, aseguran las fuentes policiales.
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Esas mismas fuentes indican que una vez que estos jóvenes son detenidos, pocas veces declaran contra las personas que les han captado, principalmente porque lo han hecho a través de redes sociales o aplicaciones de mensajería instantánea, y desconocen quién es la persona real que hay tras esos mensajes. En otras ocasiones no lo revelan por miedo, como es el caso de uno de los detenidos en esta investigación, quien había denunciado ser víctima de amenazas por parte de una persona a quien había prestado su teléfono para realizar los citados movimientos bancarios.