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La diabetes es una de las enfermedades crónicas más comunes en el mundo, pero también es una de las más rodeadas de mitos y desinformación. Muchas personas creen que solo afecta a quienes consumen demasiada azúcar o que es una sentencia inevitable si hay antecedentes familiares. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja, según asegura Glucube.
1. “Si tomo mucho azúcar, seguro que voy a tener diabetes”
Aunque muchas personas creen que consumir grandes cantidades de azúcar es la causa directa de la diabetes, la realidad es más compleja. La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca por error las células del páncreas que producen insulina. Por otro lado, la diabetes tipo 2, que es la más común, está relacionada con factores como la genética, el sobrepeso y un estilo de vida sedentario. Si bien el consumo excesivo de azúcar no es la única causa de la diabetes, sí puede contribuir al aumento de peso, lo que incrementa el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Por ello, es recomendable llevar una alimentación equilibrada, mantener un peso adecuado y realizar actividad física regularmente para reducir el riesgo de padecer la enfermedad.
2. “Nadie en mi familia tiene diabetes, así que no tengo por qué preocuparme”
Es cierto que los antecedentes familiares pueden influir en el riesgo de desarrollar diabetes, pero no son el único factor determinante. Muchas personas con diabetes no tienen familiares directos con la enfermedad. Existen otros factores de riesgo importantes, como:
- Tener sobrepeso u obesidad.
- Ser mayor de 45 años.
- Tener prediabetes (niveles de glucosa en sangre más altos de lo normal, pero no lo suficiente para un diagnóstico de diabetes).
- Haber tenido diabetes gestacional durante el embarazo.
- Padecer síndrome de ovario poliquístico, entre otras condiciones de salud.

Por ello, es importante no confiarse y realizar chequeos médicos regulares, especialmente si se presentan algunos de estos factores de riesgo.
3. “La diabetes se puede prevenir”
La diabetes tipo 1 no se puede prevenir, ya que es una enfermedad autoinmune. Sin embargo, la diabetes tipo 2, que representa la mayoría de los casos, sí puede prevenirse en gran medida adoptando hábitos de vida saludables. Mantener un peso saludable, seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio con regularidad, dormir bien, evitar el tabaco y el alcohol, y controlar el estrés pueden reducir significativamente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
4. “La insulina crea dependencia”
Muchas personas creen que usar insulina hace que el páncreas “se vuelva flojo” o que una vez que se empieza a usar, ya no se puede dejar. Sin embargo, esto es un mito. La insulina es un tratamiento fundamental para controlar los niveles de azúcar en sangre en personas con diabetes tipo 1, y también es necesaria en algunos casos de diabetes tipo 2 cuando otros tratamientos no son suficientes. La insulina no causa adicción ni dependencia; simplemente es la hormona que el cuerpo necesita para regular la glucosa en la sangre. Su uso adecuado previene complicaciones graves y mejora la calidad de vida de quienes la necesitan.
5. “Las personas con diabetes no pueden hacer ejercicio”
El ejercicio no solo es seguro para las personas con diabetes, sino que es altamente recomendable. La actividad física ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que permite que el cuerpo utilice la glucosa de manera más eficiente. Además, contribuye al control del peso y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, es importante tomar ciertas precauciones:
- Monitorear los niveles de glucosa antes, durante y después del ejercicio.
- Ajustar la alimentación o la medicación si es necesario.
- Mantenerse hidratado.