«Dramaturgia poliédrica» es el rotundo título de la exposición de fotografías de Semana Santa salidas de la cámara de mi amigo Chema Concellón, que se exhibe en la Sala de La Pasión de Valladolid hasta el próximo 28 de abril . Cabe suponer que más de uno, sobre todo si viene de la Logse, habrá tenido que echar mano del diccionario para orientarse un poco mejor sobre el significado de ambas palabras, o palabros, como esos treinta y tantos policías y militares de Ceuta que acaba de pedir un cambio registral de género. Dos términos ahítos de fuerza que compendian la colección de 150 imágenes en blanco y negro que el autor ha seleccionado tras más de tres décadas retratando las procesiones de la ciudad. La ausencia de color, según confiesa, sirve para despojar los elementos que recoge de todo elemento accesorio. Algo fundamental para que la forma, por muy bella que sea, no impida acercarse al fondo, el dolor contenido de la Pasión y Muerte de Cristo.Hay dos maneras de vivir los desfiles en Pucela . Desde dentro de las filas, como cofrade. Desde las aceras, como público ahora y como pueblo fiel antaño. Pero Concellón ha sido capaz de patentar una tercera, solo a su alcance, consistente en moverse con flema y discreción dentro de la planta procesional, sin arrogarse protagonismo alguno, sin dar la nota, sin molestar, para captar ese detalle efímero, casi imperceptible. Trabajador incansable, nos regala esta exposición para comprobar cómo las grandes tallas lucen de otra manera cuando salen a la calle con una escenografía cuidada . En efecto, una escultura en una capilla o retablo solo puede contemplar de frente o, a lo sumo, de lado. Pero sobre unas andas o una carroza, además del atractivo del movimiento y del exorno floral, podemos ver la parte posterior, lo que aporta otra dimensión. Por ello, el autor sentencia que un Cristo o una Virgen en su lugar de culto está como una persona en su casa, «que puede estar cómoda en chandal o en batín, pero para salir a la calle se arregla».Noticia Relacionada estandar No Semana Santa en Castilla y León: espiritualidad, patrimonio, gastronomía y naturaleza Montse Serrador Estas tierras suman a la religiosidad popular, todos los ingredientes necesarios para completar unos días de ocioLa muestra se estructura en cuatro secciones: proscenio, protagonistas, figurantes y atrezo. Todas permiten descubrir escenas íntimas que duran apenas un segundo, que seguramente no se volverán a repetir y que quedan inmortalizadas por la cámara de Concellón. Desde un incensario sobre el aglomerado de la calzada, una vecina asomada a la ventana que casi toca con su mano la cruz, la mirada tierna de niños con sus palmas, un perrito entre manolas o una cofrade junto a un mupi publicitario de una gran marca, el espectador siente algo dentro. Imágenes que no nos dejan indiferentes , al igual que las tallas que abandonan unas horas sus templos para cumplir la función catequética con la que salieron de la gubia de maestros escultores hace siglos. El pino se hizo arte para mover a la fe y habitó entre nosotros.
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