La integrante de la Cámara de Representantes estadounidense Kay Granger, de 81 años, ha sido localizada en una residencia para mayores especializada en demencia senil después de seis meses desaparecida. Granger votó por última vez en el Congreso en julio y desde entonces no ha participado en los debates y votaciones a pesar de que el Partido Republicano, al que pertenece, tenía una estrecha mayoría y cada voto es fundamental para la aprobación de cualquier iniciativa.
Granger no se presentó a la reelección en noviembre. Ocupaba ese puesto desde 1997, cuando tomó posesión y se convirtió así en la primera política republicana en lograr la elección para la Cámara de Representantes por Texas. Ante su ausencia, una investigación periodística del ‘The Dallas Express’ concluyó que se encontraba alojada en Tradition Senior Living, una residencia de lujo para mayores con demencia senil de Dallas, tras ser hallada perdida y confundida vagando por su barrio.
El periódico texano visitó el centro para intentar averiguar si asistiría a la reciente votación de una ley de financiación clave para garantizar la financiación de la Administración, pero no se les permitió hablar con Granger, según la cabecera de Dallas.
Sin embargo, sí consiguieron confirmar a través de trabajadores del centro que Granger estaba viviendo allí. «Esta es su casa», explicó el subdirector ejecutivo de Tradition Senior Living, Taylor Manziel, en declaraciones a ‘The Dallas Express’. Todo apunta a que Granger y su equipo seguirán en sus puestos hasta el 3 de enero, cuando toma posesión la nueva Cámara de Representantes elegida en noviembre, aunque no han faltado las críticas ante la inactividad de la congresista.
«Que no pueda salir de la residencia para participar en la votación más importante del año sugiere que ya estaba mal cuando se presentó a la reelección en 2022», ha apuntado el miembro de la cúpula del Partido Republicano Rolando García en un mensaje en X.
«Es una forma triste y humillante de poner fin a su carrera política. Es triste que a nadie le haya importado lo suficiente para entregar las llaves antes de llegar a esta situación. Y es un crudo testimonio de la gerontocracia que hay en el Congreso», ha añadido.
