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Los golpes de calor son frecuentes durante el verano. Estar demasiado tiempo bajo la influencia de los rayos del sol, ya sea porque se trabaje en la calle, por no seguir las recomendaciones de los médicos o por salir a hacer deporte en la horas centrales del día puede provocar un sobrecalentamiento del cuerpo generalmente como resultado de la exposición prolongada a altas temperaturas. Reconocer los síntomas y saber cómo actuar puede ser crucial para evitar complicaciones serias, e incluso la muerte.
Además, un golpe de calor siempre requiere de atención médica inmediata. Por eso, es importante conocer los síntomas, actuar rápidamente y seguir las pautas de primeros auxilios, ya que sino puede empeorar nuestro estado y llevarnos a sufrir otros problemas de mayor gravedad. Pero lo más inteligente, es intentar evitar sufrir un golpe de calor tomando las medidas preventivas adecuadas puede ayudarte a evitar esta peligrosa condición. Y es que, en épocas de calor extremo, la prevención y la pronta respuesta son tus mejores herramientas para protegerte a ti y a los demás.
El golpe de calor
El golpe de calor es una sensación corporal que se produce cuando la temperatura corporal alcanza los 40°C o más. Se diferencia de otros trastornos relacionados con el calor, como los calambres y el agotamiento por calor, en que éste es más dañino para la salud, ya que puede llegar a dañar los órganos vitales del cuerpo si no se trata a tiempo. Los mecanismos del cuerpo para regular la temperatura fallan y, sin una intervención rápida, las consecuencias pueden ser fatales para la salud.
Síntomas
Identificar los síntomas es el primer paso para actuar correctamente ante un golpe de calor. Si experimentas alguno de estos síntomas es que estás sufriendo un golpe de calor: una temperatura corporal extremadamente alta, superior a 40°C o más. Comenzarás a notar la piel caliente y seca al tacto, aunque en algunos casos puede estar húmeda debido a la sudoración intensa.
Otros síntomas normales son sentir un dolor de cabeza intenso, náuseas y vómitos, el pulso acelerado, la respiración rápida y superficial. También, en los casos más graves y extremos, notarás como comienzas a sentir confusión, alteración del estado mental, convulsiones o coma. Así que, si una persona presenta estos síntomas tras una exposición prolongada al calor o esfuerzo físico, es vital actuar de inmediato.
Cómo actuar
La intervención rápida es crucial para minimizar los efectos provocados por el efecto de calor, los más importantes son: llamar a emergencias, ponerse a la sombra, intentar bajar la temperatura corporal de la persona afectada, darse un baño frío, rociar con agua fría al afectado, usar ventiladores y aire acondicionado, hidratarse y vigilar a la persona que ha sufrido el golpe de calor.
Lo primero que debes hacer es llamar a los servicios de emergencia para recibir consejo profesional sobre qué hacer hasta su llegada. Después lleva a la persona afectada a un área con sombra o a un ambiente con aire acondicionado para reducir la temperatura ambiente. Mientras esperas la llegada de los servicios de emergencia, puedes ayudar a bajar la temperatura de la persona afectada utilizando algunas técnicas como sumergir a la persona en una bañera de agua fría o aplicarle compresas de agua fría en el cuello, las axilas y la ingles. La compresas deben colocarse en estos puntos porque es donde los vasos sanguíneos están cerca de la superficie y pueden ayudar a enfriar el cuerpo más rápido.
También es recomendable rociar agua fría sobre la piel y abanicar a la persona, ya que así la piel se enfriará como consecuencia de la evaporación. Otra opción recomendable es colocar a la persona frente a un ventilador o aire acondicionado para aumentar la velocidad del enfriamiento. Aunque si la persona está consciente y puede beber, lo mejor es ofrecerle agua fresca o bebidas isotónicas para hidratarse, pero evita las bebidas azucaradas o alcohólicas, ya que pueden empeorar la deshidratación.
Prevención
Prevenir el golpe de calor es tan importante como saber cómo actuar ante uno. Por eso, beber abundante agua, incluso si no se siente sed, ya que mantenerse hidratado especialmente en días calurosos y cuando realices actividades físicas. Usar ropa ligera, de colores claros y fabricada con materiales transpirables, te ayudará a reducir la sensación térmica elevada.
Si vas a realizar ejercicio hazlo durante las primeras horas de la mañana o al final de la tarde, cuando las temperaturas son más bajas. Además, utiliza protector solar y sombreros de ala ancha para protegerte del sol. Y durante las olas de calor, pasa el mayor tiempo posible en lugares con aire acondicionado.