Reina Roja no es mejor que El mentalista, Minteme o CSI. La gran apuesta espaola de Prime Video no es mejor que las docenas de series con investigadores peculiares y casos morbosos que llevan entretenindonos sin pretensiones desde que la tele es tele. Reina Roja s tiene pretensiones. Ella cree que es la nica que ha visto Sherlock, Hannibal o Bron/Broen. Reina Roja es ese cuado simptico que se pone pesadsimo cuando le da por explicarte Seven y Memento. Lo hace todo el rato. Y es agotador. Reina Roja es cara, oportuna y muy vistosa. Pero, sobre todo, es mediocre.
La adaptacin televisiva de la exitosa novela de Juan Gmez-Jurado es un popurr de referencias trilladas. Esos prstamos, que quiz vengan directamente del libro, en una serie, que necesita lenguaje visual, son mucho ms descarados. Vale que una de las bases de la literatura y la televisin hipercomerciales es el recurso a lo ya conocido, pero aqu es sonrojante. Reina Roja confa tanto en lo que su espectador potencial quiere ver que a veces se olvida hasta de drselo. Lucecitas y alardes digitales, todos los que quieras, pero nada nuevo bajo el sol. O, mejor dicho, bajo el cielo asfixiante de una ciudad que no saba rezar por las almas de sus vctimas inocentes. Y ya paro, que escribir frases as me da mucha vergenza ajena.
A Reina Roja no le pasa. La serie est orgullossima de su grandilocuente simpleza. Confunde ser recargada con ser adulta. Simples son Antonia (Vicky Luengo) y Jon (Hovik Keuchkerian), simple es su trama y simple es el mecanismo con el que sta avanza: Antonia es tan lista que puede hacer en segundos deducciones que a otros les llevaran aos. Pocos trucos de guionista ms baratos que darle un superpoder a un investigador. Al menos, en El mentalista no crean que lo haban inventado ellos. Tambin simple es la decisin de que todos los parlamentos de Jon contengan un chascarrillo. Es insoportable lo que Reina Roja hace con Hovik, un actor de rango limitado pero que no merece estar ya, tan pronto en su carrera, reducido a una parodia de s mismo. Vanlo en Un amor o Antidisturbios y disfruten de su talento. Y vean a Vicky Luengo en Prima Facie o Antidisturbios para confirmar que el problema de Reina Roja no son sus actores, sino el material sobre el que stos trabajan. Y no slo les pasa a sus protagonistas. Lo de Nacho Fresneda o Celia Freijeiro es casi punible.
Reina Roja, el libro, es un superventas y Gmez-Jurado un supervendedor. Pero se me ocurren ahora mismo un par de series caras con las que plataformas espaolas intentaron exprimir el xito de las novelas que adaptaban… y no ocurri. Sin salir de Prime Video, Memento Mori, adaptacin de Csar Prez Gellida, estrenada hace apenas cuatro meses. Tampoco habla ahora nadie de Citadel, el megaproyecto internacional con el que Prime Video hizo el ridculo la primavera pasada. Es lo bueno de ser una empresa tan rica: tirar el dinero no duele. Reina Roja no es tirar el dinero, es quemarlo en una cruel hoguera hecha de los pecados de quienes nunca merecieron vivir. As, siete episodios.