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Puede que no hagas mucho caso a los beneficios de comer pulpo y primes los placeres gustativos. Difícilmente reprochable, pues la realidad es que este molusco cefalópodo es una de las grandes estrellas de la cocina española. Indispensable en Galicia, donde da vida al pulpo a feira (a veces resumido en pulpo a la gallega), su presencia va mucho más allá de los límites noroccidentales.
Distribuido por toda España, el hecho de comer pulpo puede ser incluso una forma habitual en la Región de Murcia al tapear con el pulpo al horno. También de convertirse en sopa en Guipúzcoa, donde se estila un guiso marinero a costa de este molusco fundamental en buena parte de nuestra gastronomía.
Sin embargo, insistimos en que puede que los beneficios de comer pulpo hayan pasado a un segundo plano en lo nutricional. Lo cual, como podemos inferir hoy, es un completo error. De moda desde hace unos años e insustituible en muchos restaurantes de postín, el pulpo es un auténtico compendio de propiedades nutricionales que no pasar por alto.
Los beneficios de comer pulpo
Al contrario de lo que puede pasar con otros productos del mar más evidentes, el pulpo a veces nos puede resultar más difícil de conceptualizar. En cualquier caso, estamos hablando de un molusco —como los mejillones o las almejas— cefalópodo marino con hábitos nocturnos. Su hábitat de rocas y arena cerca de la playa hace también que su dieta esté cargada de crustáceos, peces y otros moluscos de menor tamaño.
Toda esa alimentación acaba repercutiendo también lo que pasará con nuestro organismo al comer pulpo. Como podemos interpretar, al tratarse de un animal, la realidad es que el pulpo es un animal rico en proteínas de alto valor biológico. Este concepto, que ya te contamos en THE OBJECTIVE, significa que contiene todos los aminoácidos esenciales. Algo que, por ejemplo, no sucede con las proteínas de origen vegetal. Por eso, entre los beneficios de comer pulpo se debe reivindicar esta realidad.
Sin embargo, si seguimos hablando de macronutrientes, veremos que el pulpo presenta cantidades residuales de hidratos de carbono y grasas. Por este motivo, prácticamente comer pulpo no va a suponer una gran carga calórica. En términos generales, el pulpo cocido supone apenas 70 kcal por cada 100 gramos de producto. Un auténtico tesoro que, por poner en comparación, nos ilustra con ciertos vegetales. Contextualizando con un alimento frecuente al comer pulpo, 100 gramos de patatas cocidas suponen 77 kcal. Es decir, hasta en esa batalla el pulpo es un alimento menos calórico.
Un producto hipocalórico y un ‘marisco’ que no eleva el ácido úrico
Por este motivo, toda dieta hipocalórica puede beneficiarse de comer pulpo, especialmente personas con restricciones de grasas o hidratos de carbono. También deportistas que busquen una proteína de calidad fácil de asimilar. Razón que hace que el pulpo sea muy habitual en las dietas keto.
Sin embargo, el pulpo no se queda sólo ahí. También es un producto rico en potasio y sodio, además de calcio y yodo. De esta manera, comer pulpo puede ayudar a fortalecer nuestro sistema inmunitario, pero también nuestra salud ósea. A todo ello hay que sumar otra realidad: su bajo contenido en colesterol y purinas. Por desgracia para los amantes del marisco, los crustáceos y los moluscos suelen tener una cantidad alta de purinas, las cuales elevan el ácido úrico. Pero, por suerte, uno de los beneficios de comer pulpo es que no produce hiperuricemia, así que este tipo de caprichos con el pulpo mediante serían más que bien recibidos.
La letra pequeña de comer pulpo
Parte de los problemas nutricionales de comer pulpo no vienen por él, sino por sus compañeros de viaje. Aunque es cierto que el pulpo puede ser indigesto para ciertas personas, lo más normal es que sea fácil de deglutir. No obstante, conviene masticarlo bien, pues su textura chiclosa puede jugarnos una mala pasada. Peor pasada también supone el riesgo de ver con qué guarnecerlo.
La patata cocida antes citada es una buena forma de complementar la receta. Sin embargo, convertir esa patata en purés de patatas a costa de calorías que vengan de lácteos como la nata, el queso o la leche no siempre es la mejor alternativa. También conviene tener cierta precaución con la adición de ciertas grasas. Sucede con el caso del aceite de oliva virgen y el virgen extra, una grasa insaturada y de calidad, pero que igualmente supone una cantidad elevada de calorías. Aún así, hay beneficios de comer pulpo cuando se acompañan de este tipo de grasas.
Por último, no debemos perder de vista que hay otras formas de preparar el pulpo como puede ser a la brasa o a la parrilla que también podría ser menos beneficioso, debido a la generación de hidrocarburos aromáticos policíclicos, como explica la AESAN. Estos compuestos se pueden producir en las cocciones intensas a altas temperaturas, por lo que conviene que el pulpo se cocine de maneras más seguras como al vapor o hervido. Siendo estas las formas en las que más beneficios hay de comer pulpo.