El presidente del Parlament, Josep Rull, ha reivindicado el 1-O en su séptimo aniversario, día que ha calificado como el más relevante de la historia reciente de Cataluña, y ha pedido aplicar sin reservas la Ley de Amnistía: «En democracia, votar no es, ni puede ser nunca, ningún delito, sino todo lo contrario».
Lo ha dicho en una declaración institucional pronunciada en el Parlament junto a la vicepresidenta primera, Raquel Sans (ERC); la secretaria primera, Glòria Freixa (Junts), y el secretario segundo, Juli Fernàndez (ERC), y a la que no han acudido el vicepresidente segundo, David Pérez, y las secretarias tercera y cuarta, Rosa Maria Ibarra y Judit Alcalá, todos ellos del grupo PSC-Units.
«Votar es un símbolo inequívoco y un rasgo distintivo de cualquier sociedad avanzada y madura», ha sostenido Rull.
Por ello, ha llamado a la aplicación «sin reservas de la Ley de Amnistía para devolver a la política aquello que corresponde y es estrictamente de ámbito político» y ha apuntado que la norma tenía que marcar un punto de inflexión en el conflicto político.
«Pero el bloqueo judicial a la hora de aplicar la Ley de Amnistía impide que dos diputados electos del Parlament, el presidente Carles Puigdemont y el conseller Lluís Puig, puedan volver del exilio y ejercer sus derechos políticos con plenitud», ha añadido.
«Persecución judicial»
Así, ha dicho que tras el 1-O «se intensificó la persecución judicial de todo un movimiento pacífico y democrático, el encarcelamiento de líderes políticos y sociales y el exilio. Y la situación hoy está lejos de la plena normalidad«.
Rull ha reivindicado que el 1 de octubre de 2017 es «la expresión de la fuerza, de la unidad y la determinación de los catalanes y las catalanas por votar» y que se comenzó a forjar con la consulta del 9 de noviembre de 2014.
«Desgraciadamente, la respuesta del Estado ante la actitud pacífica y democrática de la ciudadanía de Cataluña fue la violencia policial y la vulneración de nuestros derechos políticos y nuestras libertades civiles», ha concluido.